Seguro que en más de una ocasión te habrás preguntado: «Y si estoy en el Born, ¿dónde voy a comerme una paella?». La respuesta es obvia desde el pasado mayo, mes en el que abrió El Rosal Paellas, el único local de arroces con cara y ojos de uno de los barrios más cosmopolitas de Barcelona. El espacio ocupa un pequeño apéndice de lo que hace un tiempo había sido la prolongación de La Taverna del Born, que ha reabierto en solitario -aunque bajo el mismo mando- para servir paellas en un barrio que andaba falto de oferta marinera. ¿Lo mejor? Eso de ‘mínimo dos personas’ cae en el olvido. Los platos individuales son el gran acierto de nuestro nuevo must arrocero del barrio. Y ahora que levante la mano, ¿a quién le gusta la paella? De acuerdo, este lugar es tu nuevo hotspot para esta semana.

El Rosal Paellas es el único local de arroces con cara y ojos de uno de los barrios más cosmopolitas de Barcelona

Si te dejas caer por El Rosal Paellas, puedes empezar picando alguna de sus tapas. Recomendamos las papas con mojo, el tartar de atún con guacamole, su ‘Rusa’ de la Taverna y la ensalada de tomate de temporada con ventresca, para darle un aire más fresco a la comida, copiosa por naturaleza. Una vez hemos abierto el apetito, llega el gran momento, el de hincarle el diente al arroz. Se comenta que su fuerte es el de butifarras y setas, pero si te apetece algo más veraniego, no dudes en pedir el arroz negro con chipirones y alcachofas o el caldoso de cigalitas y almejas. Deja un hueco para el postre estrella, el milhojas de crema, recién traído del horno Vilamala. Lo mejor del caso es que comer o cenar aquí te costará unos 25 euros, 30 si lo acompañas con una referencia vinícola algo caprichosa.

Tal y como hemos comentado, el comedor interior es minúsculo, aunque acogedor, por lo que, si el calor no es sofocante, lo mejor es coger mesa en su terraza, donde se puede ver el vaivén del barrio. El entorno es perfecto para probar la carta del hermano pequeño del Grupo Varela, pequeño conglomerado liderado por Jose Varela, que siempre anda arriba y abajo, preocupado por dejarse caer a diario en sus cuatro restaurantes y asegurarse de que todo ha ido bien con todos los comensales. La cocina de El Rosal (y de sus otros tres locales), recae sobre las curtidas espaldas del jovencísimo chef Carlos Allue, que con sólo 23 años ya ha demostrado buen saber a los fogones, dedicación y muchas ganas de experimentar seguir creciendo.