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Bru Romero

Si hacemos como Benjamin Franklin y no malgastamos malamente las horas que componen nuestro día puesto que son las horas que conforman nuestra vida, deberíamos poner, sin duda, rumbo al nuevo Federal Café donde el tiempo no se tira a la basura porque instintivamente se paraliza para dejarnos disfrutar… de todo lo bueno que ofrecen y de sus brunch, cosa fina.

Presentando un buen lavado de cara e inaugurado con nuevas coordenadas (Plaza Conde de Barajas, 3) a un tiro de piedra de la Plaza Mayor, el Federal Café vuelve a poner alfombra roja tanto a sus fieles parroquianos de su otro local en Madrid como a los nuevos clientes, que no son pocos. Una aventura que tiene en sus brunch, el principal reclamo y en una selecta tremenda como ella sola, el añadido de una experiencia sin igual perfecta para ir con amigos, familiares (ahora que estamos en épocas de festividad parental y hermandad absoluta) o con ese rollete que necesita de un pequeño empujón para oficializar la relación.

Los empresarios Crick King y Tommy Tang saben dar en el clavo con esta franquicia bien acogida en España y donde los platos y buen servicio están a la altura de las preciosas fotografías para Instagram que no podemos dejar de marcarnos.

¿Quién no se ha marcado a estas alturas un brunch de esos que marcan época, apuntándose a esta tendencia que destierra el carajillo-bollo industrial-y pare usted de contar ? Pues bien, en Federal Café los brunch están a la orden del día y no necesariamente exclusivos del fin de semana.

Una opción que de lunes a viernes hasta la 13h, los sábados hasta las 16h y los domingos todo el día, tiene en los huevos benedictinos con espinacassalmón ahumadoaguacate o bacon (a elegir) los abanderados de una opción gastronómica a la que muy pocos quieren suscribirse. Una especialidad a la que acompaña un maravilloso surtido de galletas caserastartas recién hechas y batidos détox de esos que dan un giro inesperado a nuestra rutina y que junto a otros platos como su pan de plátano, jengibre y avellana con mantequillade espresso montada, pudding de chía con leche de almendras, cáñamo, nibs de cacao, plátano y sirope de arce o sus tostadas con Vegemite (crema para untar popular de Australia, a imagen y semejanza de la Marmite británica), picapicas para no dejar que el ritmo pare, sandwiches blat o haloumi (entre otros) a gusto del cliente, tagliatelle, risotto de calabaza o una hamburguesa de canguro que revive de cualquier malestar. Y esto es solo una muestra.

Una franquicia creada por los australianos Crick King y Tommy Tang que sentando las bases también en Barcelona, Valencia y Girona, nos devuelve al fervor más foodie (con terraza y segunda planta la mar de apañados) en un entorno absolutamente instagrameable que permite que detengamos el tiempo sin tener ninguna intención de volverlo a poner en marcha.

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