El pasado surrealista de la Barcelona de inicios del siglo XX vuelve a latir en la Ciudad Condal de la mano de Gala, la última apuesta del imparable Grupo Isabella’s. Como si de una caja de sorpresas se tratase, este ecléctico y extravagante restaurante ubicado en pleno Eixample promete sorprender al ojo y al paladar a partes iguales, desde que se entra por la puerta y hasta que se da el último bocado. F: Todas las imágenes cortesía de Gala

El espacio, diseñado por Quintana Partners, despunta por una fuerte personalidad, algo narcisista y definitivamente voyeur

El grupo, que despunta en la escena gastronómica barcelonesa con un buen puñado de restaurantes repartidos por el mapa de la ciudad –entre ellos el también reciente Julieta’s, en la Barceloneta; o el Bella’s, en la Diagonal–, no ha dudado en dar una segunda oportunidad al local que antes ocupaba el Principal del Eixample, en el número 286 de la calle Provença, que ahora ha recobrado vida y gracia para la sorpresa de muchxs. 

El interiorismo es uno de los puntos fuertes de este restaurante –por no decir el que más–, y no es de extrañar teniendo en cuenta que el trabajo lo firma Quintana Partners, el prestigioso estudio de diseño barcelonés responsable, entre otros, de la librería Finestres. Pero ante todo, el espacio despunta por una fuerte personalidad, algo narcisista y definitivamente voyeur, que hace de la visita una experiencia inolvidable.

Y es que el espacio no da tregua: nada más poner un pie en el restaurante Gala te sorprende un tiovivo a escala lo suficientemente grande como para subirte en él (y hacerte un selfie, claro está). Más adelante, te conquista su gran salón, toda una reinterpretación contemporánea del surrealismo inspirada en la naturaleza, la forma, el color y la alegría.  

Si caminas por el pasillo central llegas al patio interior, cuya fuente recuerda a una romántica piazza italiana, perfecta para tomar un té a media mañana o unos vinos por la noche. Si, por el contrario, decides bajar las escaleras a la planta inferior, descubrirás la faceta más gamberra y teatral de Gala. Puede ser que una tarotista te lea las cartas, o que Zoltar adivine tu futuro (sí, como hizo con Tom Hanks en Big). Aunque lo más probable es que acabes bailando hasta bien entrada la madrugada en The Club, una pequeña pero estilosa sala repleta de sillones y espejos, perfecta para tomar unas copas después de cenar. 

Platos de temporada que reúnen tradición y modernidad conviven felizmente con una interesante barra de sushi

Aunque este retahíla de sorpresas pueda hacerte dudar de que estás en un restaurante, en Gala también se disfruta de la gastronomía. Inspirada por la naturaleza y con el producto de temporada como protagonista, la carta reúne tradición y modernidad a través de platos como un guiso de judías de Santa Pau con chipirones, carnes como el Solomillo Rossini y los míticos Macarrones de la Nona, que conviven felizmente con una barra de sushi muy bien surtida para degustar por las noches. ¿Un plato que no puedes dejar de probar? La tortilla de patatas abierta y hecha al momento, cuyo auténtico sabor todavía recordamos y no tardaremos en volver a buscar. ¡A disfrutar!