Hay personas para las que comer no es solo comer. Las que eligen con criterio, celebran el origen, se fijan en los detalles y disfrutan tanto de lo que hay en el plato como de todo lo que lo rodea. Para ellas, y para quienes quieren acertar de verdad con los más foodies, hemos preparado esta gift guide: una selección curada de 10 regalos gastro que van más allá de lo obvio. Desde experiencias y productos artesanos hasta objetos con diseño y carácter, pensados para paladares exigentes y amantes del buen comer en todas sus formas. Regalos para saborear, compartir y recordar. Porque cuando el gusto es bueno, se nota… también al regalar. ¡Toma nota! Foto de portada: The Social Hub
Cafés El Magnífico: Cata de Navidad con aroma del mejor café
Regalar una experiencia siempre suma puntos, pero si además tiene café de verdad, aciertas seguro. La Cata de Navidad de Cafés El Magnífico es un plan pensado para quienes disfrutan del ritual, la conversación y ese delicioso aroma. En un formato íntimo, solo 10 personas, la cata propone un recorrido por pequeños lotes de origen excepcional, guiado por Claudia Sans, responsable de calidad de la casa, que pone contexto, historia y territorio a cada taza. Colombia, México, Etiopía o Panamá se prueban con calma y los matices de sabor se aprecian a través de la esencia del café bien hecho. Detrás está El Magnífico, referencia absoluta en Barcelona desde hace décadas, así que el criterio está garantizado. Un regalo perfecto para el foodie que ya lo tiene todo… excepto dos horas dedicadas a disfrutar de un merecido descanso. Eleva el plan de la pausa para un café compartido.


Sa Tuna Gin: ginebra con alma mediterránea
Sa Tuna Gin condensa en una botella una idea muy clara del alma del Mediterráneo. Destilada de forma artesanal en pequeños lotes, esta ginebra floral apuesta por el equilibrio: cítricos luminosos de limón y naranja, especias secas como el hinojo o el cardamomo que aportan profundidad y un final suave y ligeramente dulce que la hace fresca y fácil de beber. Es una ginebra pensada para disfrutar sin artificios; con hielo, en un gin-tonic limpio o como base de cócteles sencillos donde el producto sea el protagonista. El diseño acompaña: vidrio reciclado, azul turquesa y referencias marineras, convirtiendo la botella en un detalle precioso en sí misma. Sin embargo, no eclipsa lo importante: una ginebra honesta, elegante y con identidad propia. Un acierto seguro para el sibarita de las bebidas que aprecia el origen, el detalle y las cosas bien hechas en el sentido más puro.


FoFo x Funky: mantequillas premium de sabores sorprendentes
Hay regalos foodies que funcionan precisamente porque no se esperan, y esta colección de mantequillas es uno de ellos. FoFo x Funky convierte un básico cotidiano en un objeto de deseo gastronómico a través de una colaboración donde el sabor, la forma y la estética dialogan sin complejos. Elaboradas con mantequilla DOP Soria y pensadas como pequeñas piezas comestibles. Hay seis variedades diferentes que apetece probar por igual: manzana, cítricos, panettone, laurel, porcini y caramelizada con sal Maldon. Todas se mueven entre lo salado y lo dulce con una precisión sorprendente. El resultado no es solo algo para untar, sino una experiencia: para probar, compartir y hablar de ella alrededor de la mesa. Disponible en formato individual o en caja de cata, es el regalo perfecto para quien ya lo ha probado casi todo y encuentran en un imprescindible del día a día la verdadera sorpresa (cuando está bien hecho y bien diseñado).


Pastisseria Oriol Carrió: panettone artesano y el arte del buen hacer
Cuando un clásico está bien hecho, no necesita reinterpretaciones forzadas. En Pastisseria Oriol Carrió lo saben bien, y por eso su panettone, recién reconocido como el Mejor Panettone Artesanal Clásico de España 2025, se ha convertido en uno de esos regalos que funcionan sin discusión. Detrás están Oriol y Anna Carrió, tercera generación de pasteleros, con un obrador que combina técnica, paciencia y respeto absoluto por la tradición. Para estas fiestas, junto al panettone ganador (en versión clásica, chocolate o con cítricos), suman propuestas como el Christstollen, ese pan alemán que se mueve entre el postre y el ritual navideño. Mantequilla, pasas, fruta confitada y azúcar en polvo en su punto justo. Un regalo perfecto para el foodie que aprecia la artesanía de verdad y entiende que la excelencia, a veces, consiste simplemente en no tocar lo que ya es impecable.


Sabré Paris: set de cubiertos Bistrot para una mesa con aire francés
Hay mesas que cambian solo con poner los cubiertos adecuados, y los sets Bistrot de Sabré Paris tienen justo ese efecto. Inspirados en cafés y bistrós franceses, estos juegos de cuatro piezas combinan un diseño clásico; remaches visibles, siluetas reconocibles, con una paleta de 22 colores que invita a mezclar y jugar sin miedo. Del rojo profundo al azul eléctrico, pasando por acabados con efecto cuerno o carey, son cubiertos pensados para vestir el comedor y elevar lo cotidiano sin solemnidad. Fabricados casi íntegramente a mano cerca de París, con acero de alta calidad y mangos de acrílico teñidos en masa, funcionan igual de bien en una cena improvisada que en una mesa más pensada. Un regalo perfecto para quien entiende que comer bien también empieza por cómo se pone la mesa.


Octaevo: Oyster Plates, una vajilla para amantes del marisco
Para quienes entienden que la presentación y los detalles también importan, los Oyster Plates de Octaevo son puro gesto foodie con sensibilidad estética. Este set de dos platos vintage, procedentes de Normandía y datados en los años 80, recupera el encanto retro de las marisquerías clásicas con un diseño funcional y elegante: seis compartimentos para ostras o marisco y un espacio central pensado para el limón. Cada pieza está pintada a mano en tonos verde oliva y blanco, y conserva una pátina impecable que habla de tiempo bien llevado. Más que vajilla, son objetos con encanto, ideales para convertir una comida especial en un pequeño homenaje. Pensado para quien se considera amante del mar, la mesa bonita y los clásicos que no pierden vigencia.


Mediterránea: un recetario con memoria
Regalar un recetario hoy es casi un acto de resistencia, y Mediterránea lo demuestra con elegancia. Lejos de ser un simple compendio de recetas (esas ya viven en el móvil), este libro propone algo más valioso: tiempo, memoria y transmisión. A través de platos tradicionales del arco mediterráneo y las historias de las mujeres que los han perfeccionado durante generaciones, el libro convierte la cocina en un espacio de relato y de cuidado. Las fotografías, cálidas y honestas, acompañan recetas pensadas para repetirse, ajustarse y hacerse propias con el paso del tiempo. Mediterránea no es solo un libro para cocinar, es uno para abrir, volver a él, mancharlo y dejar que forme parte de la vida diaria. Un regalo perfecto para quien entiende cocinar como una forma de estar en el mundo y de compartirlo con otros.


Baked for Change: Alejandro Serrano x The Social Hub, un panettone con propósito
Este panettone juega en otra liga: gastronomía de autor con propósito. Alejandro Serrano, uno de los chefs jóvenes más interesantes del panorama actual, reinterpreta el clásico navideño para The Social Hub con una receta de fermentación lenta, cerezas de proximidad y un acabado de chocolate rubí que aporta un punto inesperado y muy reconocible. Es un panettone pensado con tiempo, técnica y una mirada contemporánea, pero sin perder el respeto por el ritual. La edición es limitada y parte de lo recaudado se destina a la TSH Talent Foundation, así que el gesto va más allá del placer. Dicen que a nadie le amarga un dulce, y este regalo es uno con el que es imposible fallar. Sobre todo si el paladar de quien lo recibe aprecia la autoría y el cariño de las iniciativas que suman. Ideal para celebrar bien, sabiendo por qué.

Carpano Antica Formula: el vermouth más clásico
Hay regalos que no necesitan reinventarse porque ya lo hicieron todo en su momento. Carpano Antica Formula es, literalmente, el vermouth que dio origen al vermouth, y regalarlo es regalar tradición en forma de bebida (y hacerlo con criterio). Su receta de 1786; vino italiano, vainilla, hierbas y especias perfectamente equilibradas, sigue intacta porque funciona. Es profunda, elegante y con carácter, de esas que se disfrutan despacio. Perfecto para quien entiende el placer de tomar un aperitivo como un auténtico ritual. Ya sea servido solo con hielo y piel de naranja o como base impecable de un Negroni o un Manhattan. Una botella que habla de tiempo, paciencia y buen gusto, y que encaja a la perfección en la despensa del foodie que aprecia los clásicos bien hechos y sin estridencias.


Novel Mart: gorras con apetito
Un guiño foodie llevado al terreno del estilo. Las gorras de Novel Mart convierten platos y bebidas en declaración personal: Boquerones, Vermut o Cortado bordados sobre algodón lavado, colores sobrios y un aire clásico que se entiende a la primera… y se disfruta al segundo. Nacida de la nostalgia por las mesas compartidas, la marca juega con el imaginario Ivy League para cambiar Harvard por Negroni y el escudo universitario por cultura gastronómica. El resultado es irónico, reconocible y muy ponible. Un regalo redondo para quien defiende su sabor fetiche con la misma convicción con la que elige dónde comer.

