By
Júlia Creus

En una época donde la tecnología avanza a pasos agigantados, hay una tendencia creciente hacia lo retro, y la fotografía analógica es un claro ejemplo de esto. Las cámaras analógicas y las desechables han vuelto a ganar popularidad entre los más jóvenes, quienes están descubriendo el entorno peculiar de la fotografía analógica. 

Estas camaritas, que nuestra familia abandonó alrededor del 2008, o incluso antes, con la llegada de las opciones digitales, están volviendo a salir de sus cajas y fundas. Pero, ¿se trata simplemente de una moda pasajera o es una búsqueda genuina de una conexión con el pasado?

Por muchos seguro que es una moda pasajera, porque la verdad es que las fotos quedan muy cools en el feed de Instagram. Pero, la semilla de esta tendencia puede interpretarse como un acto de rebeldía de unas generaciones bombardeadas por las imágenes digitales. Acostumbrados a disparar centenares de fotos con sus teléfonos móviles sin valor ni intención de que perduren, algunos ven la fotografía analógica como una forma de autenticidad, otros simplemente se suman a la tendencia.

En una era marcada por la rapidez, la sobreabundancia y la copiosidad, lo finito y lo irrepetible adquiere un valor especial

Y es que la fotografía analógica ofrece una magia única: la captura de momentos que nunca más volverán a suceder y la imposibilidad de elegir y editar a posteriori. Este proceso, lejos de la instantaneidad y la superficialidad de las fotos digitales, otorga un significado más profundo a cada imagen.

Partiendo de la base de que los carretes tienen un número limitado de fotos, cada disparo lleva consigo un proceso previo de reflexión, de decidir si ese instante merece ser capturado o no y tomarte un momento para no hacerlo de forma impulsiva. Respirar y encuadrar. De ahí surgen imágenes con un valor diferente, porque son irrepetibles. Una vez hayas hecho ‘clic’ ya no hay vuelta atrás.

A pesar de su esencia nostálgica, hacer fotografías analógicas actualmente no impide tenerlas en digital y compartirlas. Casi todos los estudios de revelado, ahora ofrecen la opción de entregar las fotos en formato físico y digital, enviándolas por correo electrónico en menos de 4-5 días. Esto es LA clave y uno de los principales ganchos también de esta tendencia, porque permite combinar lo mejor de ambos mundos: la autenticidad de lo analógico y la comodidad de lo digital.

Hoy en día, te mentiríamos si te decimos que hay un estudio de revelado en cada esquina, porque no es así. Pero sí que es verdad que gracias a este resurgir se han abierto nuevos estudios con enfoques innovadores y refrescantes para incentivar este fenómeno, además de que los gadgets de la fotografía analógica se ha colado también en concept stores. Vamos allá:

Estudios de revelado que son mucho más:

Dubble Film & Dubble Lab

En pleno corazón de Gràcia, Dubble Film nació con la idea de poder llevar a la película algunos efectos, como tintes de color, ofreciendo una amplia gama de efectos y variaciones tonales que dan un grado más de experimentación y sorpresa a la fotografía analógica y a la hora de revelar para los más curiosos en este mundillo. Si te mola esto yo de ti le echaría un vistazo: además, tienen su propia marca de carretes, de cámaras y hasta merch. Todo un hotspot que te llamará la atención desde fuera, donde además podrás encontrar revistas y otros objetos perfectos para amantes de este arte.

Más tarde, en Poblenou, nació el hijo químico de Dubble Film, conocido como Dubble Lab, un laboratorio donde llevar tus fotos de película al móvil lo más rápido posible a muy buen precio.

F: © Dubble Film
F: © cámara Show de DubbleFilm

REVELAB studio and shop

Si lo que buscas es eso, precios de revelado accesibles para tu bolsillo y de cualidad, REVELAB Studio también es una muy buena opción en la Ciudad Condal.

Además, también cuentan con REVELAB Shop, una tienda online con todo tipo de productos para disfrutar de la fotografía analógica. Desde carretes a cámaras, tanto nuevas cómo reacondicionadas y, cómo no, todo tipo de accesorios para complementar el kit, como correas y fundas. Ah, y que no se nos olvide, tienen un blog de content curator muy interesante.

F: © REVELAB Studio

Carmencita Film Lab

Otro espacio a tener en cuenta si eres fanático de lo analógico es Carmencita Film Lab. Este estudio, único en su especie, es conocido por su alta calidad a la hora de revelar y escanear fotografía analógica. Además, ofrece gran variedad de cámaras analógicas e instantáneas, y verás desde el segundo uno que no se trata de un estudio de revelado más. También ofrecen reparación de cámaras, por si la historia de amor con tu máquina analógica acabó abruptamente.

2.- La concept store donde siempre encontrarás algo: Chandal.tv

En pleno corazón del barrio del Born, a un paso del Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona, nos encontramos Chandal, la ‘conecept store’ pionera en la Ciudad Condal. Además de rescatar cámaras antiguas, también disponen de diferentes modelos de Polaroid Originals y diferentes tipos de carrete y de servicios de revelado. Vaya, allí encontrarás todo lo que busques de fotografía analógica e instantánea y otros miles de artículos originales con un toque retro.

3.- Cámaras desechables diferentes: Flasher & Co

Ah, hemos dejado la joya de la corona para el final para cerrar con el broche de oro. ¿Conoces Flasher & CO? Si no, deberías. Son cámaras analógicas tuneadas con diseños únicos de artistas contemporáneos, desde ilustradores hasta personalizarlas con un diseño propio, convirtiendo cada camarita en una pieza de arte portátil.

F: © Flasher & Co