No hay más nada más típico que un buen hojaldre y si además no solo se recupera su uso y disfrute sino que además se le da una vuelta en modernito permitiendo que los foodies se vuelvan locos y los comensales a pie de calle no quieran por más que curiosear,no deberíamos pasar más tiempo sin pasarnos por el restaurante Hojaldre… de lo bueno, lo mejor.

Localizado a un tiro de piedra de la Puerta del Sol y amparándose en los recuerdos gustativos de los gourmands que llegan en peregrinación, Hojaldre sale a nuestro encuentro como lo último en llegar al historial del chef de Sala de Despiece y Muta, Javier Bonet. Un concepto gastronómico donde se exaltan las virtudes de esta masa crujiente que llegó a nuestra gastronomía gracias a los árabes y que sirve de punto intermedio entre los sabores dulces y la texturas más saladas.  

¿Quién dijo que el hojaldre fuera exclusivo de los postres?

Un local (antigua Mantequería Ribas y Alba) que lo mismo sirve de distendida cafetería como de concurrido restaurante y que junto a Estela de la Pastelería Pedro de Cabezón de la Sal consiguen convertir el menú degustación de dulces y salados en la mejor apuesta sobre la mesa. Un apoyo cántabro que sirve de tanto directo al marcador que entre zócalos, madera y una decoración absolutamente atemporal enmarcan el rico manjar y otros tantos que no se quedan a medio camino.

Platos como su sabrosa hamburguesa Wellington con patatas hojaldradas, atún rojo asado con cítricos, cabello de ángel y hojaldre frito, saladito de burrata con tomate y albahaca, la endivia asada con granadas y churro de queso azul, el volován de langostinos con curry de coco, una milhojas de ternera, la sopa de cebollas asadas, que nos devuelven a la vida y dan el pistoletazo de salida para llegar a meta con tartaletas clásicas con merengue de maracuyá y vainilla tan casero como joya de la sofisticación más culinaria.

Desayunos, comidas, meriendas y cena sobre el tablero del próximo cliente que alaba la buena idea de Javier Bonet que hace posible el fraterno matrimonio entre la cándida pastelería y las especialidades de restaurante de toda la vida. No podemos pedir más.