Si hay un restaurante que, si no has probado, deberías probar a la de ya, es Hutong. Un restaurante de alta cocina y muy buenos alimentos donde la experiencia se torna, sencillamente, sublime.
Con aires renovados y una decoración que lo convierte en uno de esos restaurantes donde quieres estar, Hutong refuerza la presencia oriental en el barrio de Salamanca
Un Hutong que sigue respetando la cocina tradicional y los valores milenarios de una gastronomía china que jamás terminaremos de conocer. Un objetivo que sigue siendo su particular hoja de ruta para seguir ganándose el paladar del comensal y no solo por el empapelado de sus paredes, que es como estar en esa China tan ornamental como refinada y elegante.
Un ambiente excepcional que no hace otra cosa que acompasar un servicio atento y afectuoso con el nuevo visitante al que iluminan con esas opciones sobre la mesa de lo más disfrutonas.
Un Hutong que, sin hacernos olvidar que la especialidad de la casa es el pato laqueado (con toda su ceremonia) ofrece, sin prisas, una serie de platos que no hacen otra cosa que demostrarnos que más allá del arroz 3 delicias y los rollitos primavera hay mucho (y muy bueno) por descubrir.
Así, el pollo gong bao, el pollo crujiente con guindilla de Sichuan, los calamares en salsa picantes, la lubina con soja dulce o en cazuela con langostinos y pimientos encurtidos, su pork belly cocinado lento (como nos gusta), su xiumai de ternera y esos dim sum, que prepara su maestro con tanto tiento, nos resuelven, con creces, la papeleta en esos días que queremos darnos un homenaje o festejar la Navidad con los nuestros, y encontramos en Hutong el mejor place to be.
La calida bienvenida de la cocina cantonesa de siempre que, si lo pensáis, no anda tan alejada de la de nuestras abuelas. Los clásicos es lo que tienen. ¡Disfruten!