Muchos serán los que crean que un bocata no es comida, que es simplemente una manera rápida de alimentarte que no necesariamente debe ser de calidad y sí de llenar el buche. Pero el mundo de la gastronomía (y un equipo de excepción) nos han enseñado que se puede convertir en gourmet todo lo que se toque en cocina y que no solo es rellenar dos trozos de pan con un contenido contundente, sino hacerlo con gracia. Te aseguramos que John Barrita, la experiencia es digna de más de un bocado.

El chef Javier Estévez vuelve a marcarse un Rey Midas, convirtiendo en oro este nuevo proyecto en el que se hace acompañar de unos socios de primera en torno al bocadillo como especialidad

Solo la unión del chef Javi Estévez (La Tasquería), su jefe de cocina, Quike Pedraz, y los encargados de la panadería artesanal La Panotheca, John Edward Torres y David de la Cal, podrían conseguir darle la vuelta al bocadillo de toda la vida y transformarlo en objeto de babeante deseo. Un manjar de rica miga sobre mesa o barra de local más que informal (diseñado por el estudio Lavela) donde tanto amantes de la gastronomía de toda la vida como recientemente allegados a lo estrictamente gastronómico por poco crédulos encuentran lo que buscan y repiten.

Un Equipo A del bocadillo que sin inventarlo reinventan su significado y lo rellenan de materia pura y sin trampantojos que oculten su primigenio sabor con el mismo mimo que el entregado comensal profesa a sus muy variadas creaciones.

Un convoy de opciones que van desde la muy recomendada chapata de ajo, calamares, mahonesa blanca y negra y lima al pan de aceite tostado con pollo confitado, hierbas y ensalada, pasando por la barrita de pan de maíz, sardinilla en aceite, crema de queso ahumado y pimiento verde, la foccaccia tostada con hamburguesa casera, queso, vegetales y patatas fritas o el brioche con carne de La Finca, mahonesa picante y brotes.

Un suma y sigue en el que también hay hueco para raciones como sus croquetas de ropa vieja, ensaladilla con cueros de Salamanca o un pulpo salteado con espuma de patata con el que se te va la olla y que no hace por más que obligarte a dar gracias a quien corresponda por el talento y manos de Estévez y compañía que vuelve a acertar con un disparo certero, un nuevo proyecto al que auguramos larga vida y prosperidad.