Ya estamos en verano y se nota en el ambiente, si las lluvias nos dan una pequeña tregua. De ahí que no queramos dejar de aprovechar ni un solo rayito de sol (siempre con protección) en ninguno de esos restaurantes con terraza que se nos hacen tan apetecibles. Pensamos en Killo, y no nos viene nada –pero que nada– mal. F: Todas las imágenes por cortesía de Killo

Zahara de los Atunes y Madrid encuentran su particular cruce de destinos en Killo, un bocadito sureño en la capital

Ubicado en el popular Chamberí y trayéndonos una buena porción del sur al centro (de España), festejamos Killo como si nos fuera el estío en ello. Un restaurante donde nada más cruzar el umbral se nos permite respirar a mar, en el que cada uno de sus rincones parecen sacados de una postal de lo más veraniega.

Cocina gaditana, de lo más auténtica, tocada por el talentazo del chef austriaco Manuel Auer que, rompiendo cualquier tipo de regla que pudiera imponer la nacionalidad, propone y dispone una carta de sabores únicos y mezclas que no restan ni cancelan la propia esencia de cada una de las recetas. Platos que invitan a obsesionarse con cada una de las propuestas sobre la mesa, a saborear cada una de sus texturas y matices y que, en algunos casos, podrán impedir que levantemos la mirada del bocado en cuestión.

Un come y calla en toda regla (según cuentan es el mood de Killo), que aceptamos sin complicación mientras vamos viendo pasar su ensaladilla, su gofre de camarones y tartar de atún, seta portobello XL y tartar de champiñón, croquetas caseras de coliflor, cazón frito y rebozado en maíz, linguine de sepia, pakito de cordero (sensacional), salmorejo, tomate relleno de paté de atún, arroz marinero (si vas al mediodía) o una costilla de atún salvaje por la que vale la pena santiguarse. ¿De postre? Tanto si eres de arroz con leche como si no, deberías darle una oportunidad. Killo no defrauda, y el austríaco Auer tampoco. ¡Ah, y no te olvides de su terraza!