En alguna que otra desagradable ocasión te habrás encontrado cómo restaurantes de presumible calidad tiran del picante para tapar una absoluta ineficacia en cocina. Y es que las especias más cañeras, como cualquier salsa, pueden llegar a ser el aliado de esos chefs que tendrían que dedicarse a otra cosa si no saben usar esta potente arma que debería explotar en boca, pero como potenciador de sabor y no como filtro de una oferta gastronómica realmente simplona. En Kitchen 154 no solo saben usar el picante, sino que su propuesta es realmente rompedora. F: Cortesía de Kitchen 154

En Kitchen 154 saben lo importante que es ese último calentón antes de servir, de ahí que su delivery apueste por servir sus platos envasados al vacío y pasteurizados

No necesitan un gran restaurante, ni falta que les hace, pues desde el madrileño Mercado de Vallehermoso, punto de encuentro foodie de la zona (como ya sabrás), su humilde puesto de banquetas al mostrador reúne siempre a los paladares más exquisitos que no quieren dejarse el sueldo comiendo y probando platos por el puro placer de hacerlo. Y es que, alejado de cualquier tipo de postureo que sume un tanto a la cuenta final, en Kitchen 154 lo que pretenden es que salgamos contentos y con el paladar envuelto en fuego. Bueno, quizá en fuego no pero sí despierto, pues se venden como un puesto de cocina asiática y muy especiada; y nosotros no pretendemos llevarles la contraria.

Una propuesta de lo más sencilla, sin grandes artificios ni quebraderos de cabeza, que nos enfrenta a platos muy bien dispuestos que podríamos encontrar en cualquier otro restaurante pero mucho más caros. Una excusa más que perfecta para dejarnos mimar por el buen servicio de unos cocineros que saben cómo tratar al personal desde mucho antes de que se siente, que se aplican para darte de comer como un/a rey/reina y sin que tengas que esperar mucho para ello. Un negocio que da un paso más si te apetece marcarte un plan más tranquilo, alejado del bullicio normal y cotidiano de un mercado de sus características, y te decantas por su opción delivery que, como novedad, envasa al vacío y pasteuriza tu pedido para que le des el último toquecito en casa.

Una carta de platos que va cambiando cada día, de ahí que te aconsejemos que pidas a principios de semana (cuando hay más donde elegir), y que tanto si optas por su curry thai amarillo de pollo, la cochinita pibil, el pollo tikka masala, el cachobruto de costillas, el vindaloo de carrilleras, la ternera Bulgogi, el butter chicken o algunos de sus kits, con los que seguir ahorrándote eurillos, te harán sentir muy bien al final del experimento. No dejes que la competencia te engañe con tanta especia, en Kitchen 154 detrás de tanta salsa encontrarás materia prima de primera. ¡Larga vida y a chuparse los dedos!