No todo es pura gastronomía, no todo es auténtico arte culinario. Cocinar sabemos muchos pero saber llegar al corazón del comensal es harto complicado. Las modas y tendencias se agolpan en negocios que ven subir y bajar su clientela con la misma rapidez con la que fluctúa la Bolsa o una foto consigue likes en hora punta pero sabemos que si queremos comer bien, no es cuestión de dejarse llevar por la marea sino apostar por esos locales que se preocupan por saltarse las reglas y hacer realmente buena cocina. KultO es uno de estos lugares.

Emplazado cerca del Retiro y descubriéndose como un espacio gastronómico, mucho más que un simple restaurante, KultO es lo último de los creadores del restaurante Trasteo. Unas coordenadas lo suficientemente novedosas e interesantes como para que podamos rendirle pleitesía a uno de los artes que más nos atraen: el arte del buen comer. Mesas y barra en torno a las cuales encontrar una cocina de autor lo suficientemente depurada y moderna como para gustar y lo suficientemente innovadora y tradicional como para que de esa perfecta combinación brille cada plato.

Materia prima pura y de primera repartida en una carta directa y sin perderse, dos menús degustación y cócteles de autor sus bazas mejor jugadas

De este modo, sus artífices (los chefs Laura López y José Fuentes) se unen a Gonzalo Bosque que completa así la fórmula de éxito del tándem. Un espacio que decorado por Flavia Castaño y Jaime Matos tira de platos icónicos de Trasteo, algunos platos creados para la ocasión y alguna que otra novedad que deleita a sus curiosos clientes. Platos que se dividen según se esté en barra o en sala y que a base de tortillitas de camarones de Barbate al estilo vietnamita, tartar escabechado de jurel y manzana, pepito de vaca rubia gallega muy madurada, alcachofras fritas con pepitoria de mejillones en escabeche, callos a la madrileña, manitas de cerdo guisadas con curry rojo y calamares, fideuá o arroz cocinado en paella, ensalada picante de pulpo frito estilo thai, rabo de toro con verdes braseados y yogur o carrillera de atún a la bilbaína con verduras de temporada y que no hacen otra cosa que interesar a los presentes, obligándoles a volver a no mucho tardar. ¿No lo crees? Solo tienes que probar.