Siempre se ha dicho que “del cerdo hasta los andares” y aunque está muy bien y hacemos nuestra la frase del saber popular, añadimos que “del pollo hasta el aleteo”. No lo hemos podido remediar y más cuando nos hemos dejado caer por La Clueca, un restaurante que tiene en los pollos y las gallinas a su animal estrella, el secreto de que sus comensales vuelvan y no dejen de volver.

Con vistas al Retiro y en un local coqueto y muy de barrio, como a tí te gusta, La Clueca celebra la tradición más mediterránea, más casera, más auténtica. Un lugar donde el huevo y todo lo que viene de él son su baza mejor jugada, el protagonista de este particular gallinero. Una aventura gastronómica que entre tortillas de patata y pollos asados hacen disfrutar al entregado comensal.

Si “del cerdo hasta los andares”, “del pollo hasta el aleteo” y si no, solo hace falta que te dejes caer por La Clueca y sepas disfrutar hasta el cacareo

Una cocina de sabores de toda la vida y un servicio en sala de primera que sacan lo mejor de nosotros o “la tortilla que llevamos dentro” (que reza el eslogan de La Clueca). Un punto de encuentro de los amantes de los huevos y demás familia (ahora que el huevo de Instagram está tan de moda) y que ya sea en formato elaborado en tortillas cocinadas a partir de 24 ingredientes que se dividen en clásicas y especialidades de la casa. De ahí que no sepamos recomendarte si es mejor la Toscana, la Carbonara, la Cordobesa o la Sibarita. ¿Por qué no probarlas todas?

Si después de esta proeza te quedan ganas de más, mejor será que le hinques el diente a sus nuggets, sus cascarones de crema de tortilla de patata con jamón, calabacín y bacalao, las alitas de pollo con sésamo, sus albóndigas de pollo con salsa de naranja o el pollo asado o a la parrilla que para gustos se hicieron las cartas variadas. Si te gusta la experiencia demasiado y quieres disfrutar del día en el parque, siempre te quedará hacer picnic y trasladar la sobremesa. Repetirás.