Si hay algo que echamos de menos durante el confinamiento, fue aquel cafecito de por la mañana en nuestro bar o local de barrio más cercano. Un sabor en boca nada equiparable al hecho, muchas veces, rápido y mal en casa, y que añorábamos como el que espera que a la semana laboral le llegue el viernes. Un sueño hecho realidad que volvimos a celebrar cuando nos dieron permiso para salir y que hasta hoy hemos venido experimentando (esperamos que por mucho tiempo). La Colectiva Café era y es uno de los sitios referencia y, si no lo conoces, deberías hacerlo y conocer de primera mano el porqué de nuestra absoluta rendición. F: Cortesía de La Colectiva Café

El café de La Colectiva Café no es un café cualquiera. Contando con la máquina cafetera Victoria Arduino, solo te hace falta un primer sorbo para rozar el cielo con los dedos

¿Eres de coffee shops? Pues La Colectiva Café te parecerá gigante; pues si creías que este tipo de locales eran de lo más íntimo y diminutos, éste le da la vuelta a las reglas del juego. Un local a un tiro de piedra de la transitada Luchana y ocupando dos plantas de un inmueble de finales de del siglo XIX idóneo para dar forma al deseo de los amigos argentinos Pablo Vázquez y Juan Ignacio Gómez de ofrecer un café de especialidad de temporada y una propuesta gastronómica vegana.

Estilo industrial de lo más nórdico como marco disfrutón para una clientela fiel que se deja caer a diario para hacerse con su café de microtostador local y molido al momento. Una vuelta a la tradición por la tradición que permite los maridajes de sabor (pero sin mezclar más de dos orígenes distintos), el consejo del personal especializado y la libertad de elegir entre su interesante propuesta.

¿Y con qué lo acompaño? Pues deberías hincarle el diente al bizcocho de zanahoria, al brownie, a sus tostas de pan de espelta con aceite de oliva y tomate (orgánico y ecológico), al strudel o a su versión vegana de la lemon pie que es, sin duda, otro rollo; al sándwich de de setas y hummus o al de aguacate con pimientos macerados. ¿Quieres que te sigan sorprendiendo? Pues pásate cualquier sábado y domingo y disfruta de su maravilloso vrunch. Sí, con V… ya sabes, comida vegana para que tampoco te saltes tu momento detox del día. Querrás volver.