Marion y Aymeric, ambos franceses de nacimiento, cuentan que una comida sin queso es como para muchos un día sin pan: un sinsentido. No obstante, más de uno por esta latitud ha empezado a adoptar ciertas costumbres del país vecino -quien suscribe sin ir más lejos- y ha incorporada esta delicia, que se obtiene por la maduración de la cuajada de la leche, a su dieta habitual. Esta pareja con origen en Lyon, y que se han dedicado toda su vida a la restauración en espacios de estrella Michelin, han creado La Fromagerie para hacer la vida más fácil a todos los fans del queso. Aunque ya conocíamos su existencia en el Mercat de Sant Gervasi, hace no tanto han abierto en el de la Concepció, algo más céntrico y accesible.

Dos años en la ciudad condal han bastado para asentar su savoir faire manejando referencias solo aptas para paladares refinados

Dos años en la ciudad condal han bastado para asentar su savoir faire manejando referencias solo aptas para paladares refinados. Como es de esperar, el 95% de sus quesos son franceses -producto del que son conocedores-, aunque también se puede encontrar alguno italiano o suizo. Hasta un total de 400 tipologías escogidas a dedo por distintos motivos aunque con un denominador común: su sapidez. Da igual si es de cabra, vaco u oveja; o si es suave, fuerte, cremoso o muy curado, aquí todos los quesos dan muy bien al paladar.

En La Fromagerie se puede encontrar, por ejemplo, un queso de Laguile, pueblo en el que el popular chef Michel Bras tiene un hotel y restaurante, donde Marion y Aymeric pasaron tiempo trabajando; o el Moelleux du Revard, una especialidad que se produce en una montaña situada muy cerca de donde la abuela de Aymeric vivía y que tiene una historia muy personal para él. El Saint-Marcellin, por su parte es uno de los quesos de cabecera para cualquier habitante de Lyon que ahora, gracias a La Fromagerie, es de fácil acceso en Barcelona. Tampoco faltan clásicos como el Roquefort, Comté, Emmental, Camembert o Brie, así como el Reblochon o el Beaufort, conocido por su calidad.

El conocimiento de la pareja de cada uno de los quesos convierte cada visita a esta parada en una auténtica clase en la materia

El conocimiento de la pareja de cada uno de los quesos convierte cada visita a esta parada en una auténtica clase en la materia. Además, también se pueden encontrar otro tipo de lácteos como mantequilla, crema de leche, queso fresco o fromage blanc así como otros productos ideales para acompañar un buen queso. Su selección de vinos, una selección de mermeleadas de Sant Pol de Mar o el pain d’épice (pan de especias), son ejemplos claros para conseguir el maridaje perfecto.