Recogiendo el testigo de aquel Latigazo de Chueca, que siempre estaba de bote en bote, y uniéndose al de Mallorca para esos planazos más veraniegos, Latigazo vuelve a dar en el clavo mediante el desembarco en el barrio de Salamanca, un barrio que pedía a gritos una cocina con show incluido. F: Imágenes cortesía de Latigazo © Latigazo.

El chef Jhonattan Estrada nos hace explotar la cabeza con su fusión nikkei, demostrando su cariño por el producto en cada mínimo detalle

Localizado en la calle Ayala y en un local de lo más cálido y vistoso, Latigazo vuelve a la carga con una propuesta arriesgada que triunfa por las ganas de divertirse que tiene el personal. Un restaurante con música en directo (generalmente en el turno de cena) donde todo sorprende, donde todo sabe rico.

Una experiencia culinaria que se las apuesta a esa cocina nikkei tan de moda, que exprime lo mejor de Japón y lo mejor de Perú sobre la mesa para el contento de hasta los paladares más exquisitos. Un Latigazo que, como su nombre indica, irrumpe en nuestro paladar como un relámpago, ofreciéndonos una mezcla de texturas y sabores sin igual, y donde la intensidad de los matices asiáticos resultan inmejorables frente a un ritmo peruano que en pocos platos decae.

Un negocio que hoy levanta un Jhonattan Estrada por todo lo alto, y preparado para adelantarse a tus más íntimos deseos… ¡gastronómicos! Un verdadero disfrute para el paladar, ahora que nos vamos recogiendo un poco de las fiestas navideñas, que conecta en buena sintonía con el talento de Estrada en cocina.

Porque el listón queda bien alto con platos como su bao de corvina con mayonesa japo y pepino holandés, su udón de gamba y chipirón con kimchi de ají panca y verduras, su acevichado de pesca del día con chalaquita y aguacate, su roll de solomillo y langostino furai con alga nori y aguacate, un lomo saltado o sus espectaculares callos peruanos con miso, ají panca y ají limo. ¿De postre? Sigue con los pisco sour, ¿para qué mezclar?

Por cierto, ¡próspero 2024!