Los hidratos, ¡cuánto nos gustan los hidratos! Nos resultaría muy complicado quitarlos de nuestra dieta (llevemos la que llevemos). Y es que de la misma manera que son la gasolina de nuestro organismo, también son nuestro mayor secreto para sobrellevar nuestra rutina laboral, las actividades físicas autoimpuestas y/o esas escapadas afterwork que hacen que cualquier noche se convierta en la mejor excusa para no querer ir a dormir como los niños buenos. Nuestro partner in crime se llama Lettera Trattoria Moderna y, si aún no lo conoces, hazlo y sabrás lo que te has estado perdiendo. F: Lettera Trattoria Moderna

Gran Vía es de nuevo testigo del desembarco de otro italiano pero, en esta ocasión, de un italiano que rezuma la pura esencia de las trattorie made in Italy por todos sus rincones. Un restaurante regentado por el chef Francesco Ingargiola que sabe a la perfección cómo reinterpretar los clásicos pero dándoles una vuelta en contemporáneo.

Producto nacional y materias primas traídas de la bella Italia son el secreto del chef Francesco Ingargiola para hacer de esta Lettera Trattoria Moderna un básico en tus restaurantes de cabecera

Un renacer absoluto de una cocina sustentada en conceptos de lo más antiguos y básicos pero que, precisamente por eso, sabe engatusar a los paladares más jóvenes y seguirse ganando a los más talluditos de la sala. Técnicas e ingredientes de lo más familiar puestos al servicio de una propuesta de los más sabrosa e interesante que desarrolla sin más adorno que el cariño en cada plato. De ahí que los emplatados recuerden a los típicos de países anglosajones/nórdicos donde el minimalismo prima sobre el excesivo barroquismo de los italianos al uso.

Una Lettera Trattoria Moderna tocada por el diseño de interior de María Villalón que convierte al local en un precioso marco de estilo Mediterráneo con una estética que nos hace creer que estamos en mitad de la campiña italiana. Una Toscana en pleno centro de Madrid donde platos como su ensalada de burrata con coppa de Parma y pesto genovés con parmesano, huevo a baja temperatura sobre guanciale, focaccia rellena de lardo de Colonnata con nueces y miel, steak tartar con trufa negra fresca, raviolacci de pato y peras con salsa de vino blanco, fettuccine con carabineros y bisque de sus cabezas, cannelloni rellenos de setas de temporada, risotto de atún y polvo de alcaparras, pizzas de mozzarella, con panceta y trigueros o taleggio y mortadela trufada, albóndigas en salsa sobre crema de patata y peperonata o liebre con tomate y puntalette casan a la perfección con la carta de vinos seleccionados por el periodista Juancho Asenjo y donde las imponentes referencias españolas e italianas quedan en un bien merecido 50/50.

¿Quieres terminar con un guiño de lo más dulce? Pues, sin duda, deberías pedir su tiramisú clásico o el crumble de almendra con ricotta fresca de oveja que te elevarán al séptimo cielo y te harán echarte una siesta de pijama y orinal. ¡Haz la prueba!