Hablar de Brasil es sonreír al mismo tiempo. Y es que el país sudamericano tiene un color especial y sobre todo unos sabores y texturas que nos derrumban con tan solo probarlos y que nos entregan a la mágica causa de su gastronomía. Una cocina marcada por lo típico de cada región y por esa capacidad de aunar en un mismo plato, lo tradicional de lo nativo y la modernidad de lo inmigrante. Pero si hay algo que hace a nuestras papilas gustativas salivar, mucho más que su ya famosa feijoada, son sus carnes de res o de cerdo. Y en Los Espetinhos saben mucho de eso.

¡Atención a su divertida manera de informar al camarero si tienes más hambre o ya no puedes más! Busca tu “semáforo” sobre la mesa y ponlo en rojo o en verde según tu apetito

Abierto hace escasas semanas en la transitada calle San Bernardo, Los Espetinhos hacen posible que degustemos una de las mejores especialidades brasileñas en una churrasquería de lo más sofisticada. Un restaurante que en poco tiempo ha arrasado en el vecindario malasañero y donde sus proteínas al carbón se sirven al más puro estilo rodizio.

Un local donde el servicio está a la altura (que es mucha) de su oferta gastronómica dividida en dos partes. Por un lado, su opción a la carta donde el tartar de salmón con mango y aguacate, el provolone al horno, el hummus con chips vegetales, dátiles o ciruelas rellenas de queso de cabra o bacon que nos despiertan las ganas de seguir con sus menús cerrados (carne, pescado o Espetinhos) y en los que su picaña, la panceta con miel y canela, la lubina a la sal o el bacalao y demás maravillas gastronómicas nos dejan un sabor en boca que nos incita a repetir reserva.

Una pasión carnívora que se completa con sus propuestas en formato cóctel tropical que nos teletransportan a una sobremesa de lo más sugerente, tanto o más como la samba enamora a nuestros oídos y su piña braseada al carbón pone broche final a una experiencia de lo más sugestiva. Corran, vuelen hacía Los Espetinhos pero repitan que hay mucho de lo que probar.