Con este frío que hace no se puede parar por la calle, por eso agradecemos que haya lugares tan monos y donde se coma tan bien como en Madam. Un lugar donde parece que ya estaban esperando a que llegaras y donde confluyen una serie de astros que te permiten no solo sentirte como en casita, sino también relajarte en un barrio tan movido como Malasaña, que encuentra en este rinconcito el guilty pleasure que necesitábamos. F: Cortesía de Madam

Localizado en una de las calles más populares del barrio de Malasaña (calle Luna), el restaurante Madam llega para quedarse. Su local, a medio camino entre un restaurante parisino y un silo manchego, capta la atención de un cliente que nada más entrar por su puerta se da cuenta que ha elegido el camino correcto.

La más drástica originalidad es la verdadera arma de un Madam en el que ya comas, cenes o te entregues a su brunch (diario) te apuntarás el tanto

Un Madam que, cuidando hasta el más minimalista detalle, divide su propuesta en un primer espacio que emula a una terraza, pero en interior, y un segundo espacio que nos teletransporta a un bistró francés con todas las letras. Un interiorismo que, atendiendo a las tendencias actuales, sabe de qué manera hacer suya la recuperación de materiales, dándoles una segunda vida de lo más sofisticada. Así, su cálido toque beige, el engamado de sus paredes, el suelo repleto de teselas y el entelado de los techos sirven de impecable marco de un contenido gastronómico que no se queda atrás.

Un restaurante de aires franceses donde la propuesta gastronómica se abre al mundo (porque para qué nos vamos a limitar), permitiendo que sean muchas las recetas cosmopolitas que desfilen en cocina. Así, descubrimos los potentes sabores y delicado juego de texturas de platos como las croquetas de boletus con lámina de jamón ibérico, los mejillones al curry thai con patatas fritas, los canelones de pollo en pepitoria con pecorino trufado y chocolate, el steak tartar en tosta con huevo de codorniz y huevas de arenque, los nems de pato caseros, la burger vegana de malanga con lentejas y aguacate o su cremoso de chocolate negro con aceite de oliva, naranja y pan de cristal. Sin duda, una propuesta excepcional.