Decía Sara Montiel, en aquella canción por todos conocida, que fumar era un placer genial (y muy sensual), pero si atendemos a las nuevas normas básicas de costumbrismo urbano (y sano), es cada vez más raro ver a personas disfrutando de esa genialidad con una boquilla entre los labios y no frente a la última especialidad de tal o cual chef, tremendamente bien emplatada. Por lo tanto, descubrimos que la genialidad en estos días radica en un buen guiso, carne o pescado o simplemente locura del maestro entre fogones al que nos enfrentemos, verdadero festival foodie que nos deja con las piernas temblando. Y como sé que te gusta más saltarte la dieta, que pedir papel para liar en la plaza del ‘dosde’, te informo que este finde tendrá lugar otra edición de MadrEAT y ya estás tardando en planear.

Fiel a su cita de un fin de semana al mes y en la plaza de los jardines de Azca, la feria de los foodtrucks más reconocida en nuestra ciudad desembarca, este fin de semana, haciéndote sintonizar de nuevo con esa comida callejera por la que tanto te relames. Una aventura todo lo frugal que quieras que sea y que de puesto en puesto (y tiro porque me toca) te da la posibilidad de visitar las niñas bonitas de cada restaurante sin necesidad de reservas, simplemente cambiando de coordenadas, de posición geoestratégica.

La filosofía del Street Food Market no es solo que disfrutes comiendo sino hacerte descubrir que la calidad y la exclusividad no vienen servidas únicamente sobre mesa y mantel

Más de 70 puestos, entre los que destacan Goiko Grill, Kabuki, La Finca, Chifa, San Wich, Tepic, Diwali o Mercato Ballaró, donde dejarte caer para probar sus propuestas gastronómicas o incluso las catas de cerveza o vino y masterclasses a elegir entre la variada oferta que se abre ante nosotros.

MadrEAT es un placer foodie que nadie en su sano juicio debería perderse y que no solo se prescribe más que indicado para los amantes de la cocina, en cualquiera de sus formatos, sino para aquellos que no les importa saltarse su rutina alimenticia de vez en cuando o simplemente para los que les da igual caer en la infidelidad gastronintestinal, si es con un sabroso taco relleno de todo lo habido y por haber o una suculenta bomba de carne con yema de huevo en su interior. ¡Salivar no es pecado, colegas!