La cocina italiana fuera de Italia ya hace mucho que se quitó la fama de servir pasta, pasta y más… pizza. No siempre nos apetece apretarnos un plato rico en hidratos de carbono con todo lo que ello conlleva y no siempre encontramos lo que queremos. Que sí, que es muy fácil encontrar italianos a granel que no salgan de los grandes éxitos de la cocina italiana pero no es lo que queremos. Nos apetece un italiano en el que la obligación no sea comer un plato de pasta y que también revise otras opciones de su variado recetario que no es escaso precisamente. MalaFemmena nos salva la vida.

La última apuesta del grupo Pulcinella celebra con MalaFemmena la pasión del fundador grupo Enrico Bosco (y con el famoso juez de Factor X, Fernando Montesinos, como uno de los socios) por la gastronomía made in Italy. Inspirado por Totó (actor cómico napolitano de la década de los 50) y a esas mujeres de fuerte personalidad que hacían girar cabezas por su talento, elegancia y determinación, el local en cuestión se ha convertido en poco tiempo en uno de esos puntos de encuentro de los que no deja de hablar la gente. Un ambiente sofisticado y una decoración elegante, coqueta y que entra por la vista (a golpe de empolvados y cuero) son el paso previo a dejarse agasajar por este italiano en el que se come más que las pizzas que prepara en el horno del pizzaiolo.

Si la propuesta gastronómica de MalaFemmena es parte del éxito que está cosechando, parte le debe a su selección de caldos con botellas de las mejores denominación de origen de cada una de las regiones de Italia

Un local en el que se observa como la carta reinterpreta alguna que otra opción de los restaurante del grupo (Pulcinella, Ornella, Pummarola, Maruzzella y Rigatoni) pero que no pierde ni esencia ni sabor. Un menú del que resalto la burrata acompañada de bruschetta napolitana; carpaccio de solomillo de ternera con rúcula y parmesano; tartar de cigalas, la parmigiana di melanzane (berenjenas al horno con salsa de tomate San Marzano, mozzarella y provola); pastel de polenta con trufa, boletus, champiñones y fondue de parmesano; ensalada de quinoa con calabacín, mejillones y tomate datterino; salmón en costra de albahaca y el solomillo en salsa de vino y romero que actúan como variado abanico a desvarillar frente a las pastas frescas y pizzas que… haberlas, haylas.

De este modo, también se le hinca el diente a su risotto al frutti di mare o all’amatriciana (con carrillada crujiente, pecorino, tomates datterino y pimienta molida), a los tortelloni rellenos de calabaza o trufa, la lasaña de carne, los gnocchis con salsa de Taleggio, la lasaña vegetal, los spaghettis vongole (almejas y toque de guindilla) o carbonara, pennette de salmón y vodka y consabidas pizzas margarita, marinara o prosciutto e funghi que tan bien entran. ¿Ves como el recetario culinario italiano es mucho más que típicos tópicos? Pues visiten a esta MalaFemmena, merece la pena.