Comer sano es a muchos, lo que para otros es verlas venir decidiendo, aún, a que gimnasio apuntarse. Si eres del grupo de los que no se agobia especialmente por llevar la dieta a rajatabla pero sí que le gusta comer healthy y planear en torno a ese sentimiento saludable, sigue leyendo porque te interesa. Ponemos rumbo a Mandioca donde la apología del buen comer con twist tropical y el estilo de vida 100% sano se convierte en el empujón que necesitabas para seguir dando rienda suelta a tu vena más foodie pero sin pensar (y sufrir) los excesos.

Tanto si eres de planes de mañana como si prefieres la tarde o la noche, Mandioca siempre está dispuesto a cuidarte y mimarte

Situado en el número 120 de la calle San Bernardo y llamando la atención por un diseño interior que nos hace imaginar que estamos de vacaciones en algún paradisíaco y perdido bastión de cuyo nombre no nos queremos acordar, Mandioca respira sentir healthy en cualquier rincón. Un restaurante regentado por unos propietarios brasileños que deciden compartir su manera de vivir y ver la gastronomía del día a día como una manera de seguir apostando por la salud como objetivo a corto y largo plazo pero con ese giro argumental diferente que les lleva a traer su bagaje cultural e incluirlo como ingrediente estrella de una carta que despierta la curiosidad.

¿Quién le diría que no a un rico guiso de pollo en salsa de tomate y puerros caserito con arroz integral y espaguetis de zanahoria, a una musaca por la que sin duda que babearás, a cualquiera de sus ensaladas (te recomendamos la Leblón con nueces, pollo a la plancha y demás aderezos), a su espléndida hamburguesa de quinoa, a sus wrap de salmón marinado y crema de queso que te durarán un asalto o a sus llamadas crepiocas fit o sus crêpes especiales sin grasas ni gluten? Nosotros no, desde luego.

Si te preguntas, con qué más te pueden sorprender en Mandioca. No dudes en iniciarte en su maravilloso mundo de tés e infusiones que además puedes pedir para llevar a casa en botellitas demasiado sugerentes como para no hacerlo. ¿No te lo crees? Échales un ojo y si te miento… la verdad es que no te miento. Mandioca, mola.