Mientras los termómetros suben y se comienza a gestar el éxodo a la costa, hay a quien no le queda otra que aguantar todo el verano en la capital. Los remedios al temido estío madrileño van desde escuchar en bucle ‘El bello verano’, de Family, a pegarse por un trozo de suelo en la piscina municipal, hacer autostop nevera en mano en una cuneta de la A-4 o resignarse a las maratones de series, ventilador y ducha fría cada tres horas. Este verano, en cambio, proponemos un acto entre nostálgico y reivindicativo: salir a la calle a comerse un helado. Y no cualquier helado.

«Desde siempre nos ha movido el entusiasmo por lo dulce, por la felicidad, por los momentos únicos y por los helados». Así se presentan Carlos y Carmelo, que después de la universidad decidieron viajar por el mundo en busca de aventura e inspiración. Fue precisamente en Hyderabad (India) donde se les encendió la bombilla al descubrir cómo mezclaban los sabores y las texturas en los helados. De vuelta a Madrid, y con la firme determinación de huir de «jefes, halógenos y corbatas», abrieron Mistura («mezcla» en portugués). 

Mistura, «mezcla» en portugués, es una heladería con filosofía, El Lugar para refugiarse del verano madrileño

El procedimiento es fácil: una mezcla del sabor y topping que uno decida, realizada a mano y con ayuda de dos espátulas, sobre una lasca de piedra de granito a -20ºC para potenciar la cremosidad y textura del producto final. En Mistura elaboran helados artesanales, sin aditivos artificiales, con materias primas obtenidas siempre de proveedores locales (por ejemplo, la leche, la nata y el yogurt de los helados proceden de una pequeña granja de las afueras de Madrid, donde las vacas se alimentan exclusivamente de lo que se cultiva allí). Carlos y Carmelo se han asegurado de que Mistura sea una heladería con una fuerte filosofía de trabajo: abogan por el reciclaje, el consumo energético responsable y el apoyo al comercio justo. Otro ejemplo: su café proviene de comunidades caficultoras del sur occidente de Colombia como el Grupo Asociativo San Isidro o el de Mujeres Caficultoras del Cauca.

Al primer local de Augusto Figueroa se le une ahora un hermano pequeño en los arcos de la Plaza Mayor, con una terraza con vistas al Mercado de San Miguel. Aunque en este nuevo Mistura el helado sigue siendo la estrella, el café adquiere más protagonismo gracias a la formación de baristas de todo el equipo, así como a la cafetera Dalla Corte Evo2, un bicho-última-tecnología que hará las delicias de los más sibaritas. Además, el local está distribuido en dos plantas y puede hacer las veces de oficina improvisada, chiringuito de interior o biblioteca veraniega.

En definitiva, la premisa de Carlos y Carmelo es sencilla: «Nosotros ponemos el mimo, la sonrisa, el espacio y los mejores ingredientes. El helado te lo montas tú.» Y así nos montamos el verano nosotros: una visita a Mistura, una vuelta helado en mano con ‘El bello verano’ en los cascos y a Madrid le crece un paseo marítimo.