En estos tiempos en los que la vida parece avanzar demasiado rápido y el tiempo no nos deja ni que pensemos las cosas dos veces, necesitamos un momento en el que nos bajemos del mundo, recapacitemos y respiremos un poco de tranquilidad. Un estado que nos es fácil encontrar en restaurantes como Nagú que, alejado del mundanal ruido, se convierte en un verdadero oasis donde el disfrute es lo primero, porque la rutina ya vendrá después. F: Cortesía de Nagú

Situado en pleno Goya y con una terraza que hace que el buen tiempo se exprima aún mejor, el restaurante Nagú toma su nombre de la bella ciudad del sureste de Finlandia; no porque vayamos a probar ricos productos de aquellas tierras, sino porque la tranquilidad y el sosiego que allí se estila también se respira en este Nagú, del Grupo Lugali, que es todo zen.

La terraza del Nagú se convierte en el imbatible hotspot del verano gracias a una propuesta mediterránea, un ambiente sosegado y una esencia de lo más auténtica

Un espacio donde la tradición y los platos más simples se encargan de dar la bienvenida a un comensal que busca estar tranquilx y solo quiere preocuparse por paladear esos ricos sabores por todos conocidos. Un restaurante por cuyas mesas, repartidas en dos plantas, puedes encontrar desde ensaladas a platos de cuchara, ricas raciones para compartir, pescados y carnes frescos como pocas veces has probado y unos postres hechos allí mismo que te obligan a tener que aplaudir con la boca llena porque te dará pena hasta tragar de lo bueno que está todo.

Y es que si su flan casero, la tarta fina de manzana y el mousse de chocolate crujiente con dulce de leche se convierten en tu excusa para dejar hueco para el final, entradas como sus bravas picantes, torreznos, croquetas cremosas, tortillitas de camarón, provolone a la parrilla, ensaladilla, salmón ahumado casero, salmorejo con huevo y virutas de jamón, carpaccio de gamba o principales como los calamares en su tinta, tartar de atún rojo, arroz cremoso con carabinero, albóndigas en salsa, escalope de ternera blanca, cachopo de jamón ibérico con queso manchego o su rabo de toro se convierten en el verdadero acierto de un Nagú que sabe cómo ganarse al personal. ¿Te atrae la idea? Pues solo informarte de que, además, cuentan con servicio de recogida en el local o delivery para esos días más perezosos o en los que quieres encontrarte “la mesa puesta”.