Si hay una cocina que siempre nos hace sentir como en casa, esa es la italiana. Una gastronomía que, con grandes puntos de unión con la nuestra, sigue manteniendo ese apego por las tradiciones en su versión más pura y la absoluta pasión por la frescura de unas materias primas que poca competencia tienen. Carta de presentación que define a la perfección la hoja de ruta de un restaurante como Noi que, de no conocer, deberías apuntarte en tu agenda a no más tardar.

El chef Gianni Pinto se hace con las riendas de este Noi setentero donde comer rico y bien es un verdadero placer… a la italiana

Situado en plena Castellana y abriéndose al público como el italiano definitivo, Noi no pierde el rumbo en su afán de aunar cocina contemporánea y tradición en estado de máxima excelencia. El nuevo restaurante del grupo El Pradal con el que viajamos, sin movernos de Madrid, del norte a sur de Italia disfrutando de los especiales maridajes que cobran forma en sus fogones. Un espacio gastronómico que, sin querer caer en los más artificiosos platos, apuesta por la sencillez menos complicada para disfrutar de cada una de las texturas y sabores sin problema.

Un local desde donde el chef Gianni Pinto hace y deshace a su gusto (que se convierte en el nuestro) y que tocado con la varita del estudio de arquitectura ILMIODESIGN nos lleva de la mano a un restaurante a tres ambientes donde la estética 70s de colores vivos e intensos, sofisticación y ese rollo entre club y charcutería italiana, se marcan un tanto a su favor.

Un Noi en cuya carta no se atisba presencia alguna de pizzas (ni las hay ni se las espera) pero sí una serie de antipasti, primi y secondi que nos vuelven locos. De ahí que ya echemos de menos su carpaccio de atún rojo y sandía, stracciatella con calabacines, pannacotta ahumada, baccalá mantecado con salsa verde, flan templado de carabineros, rigatoni con ragú, caserecce con salsa de pimientos asados, gnocchi tostados con anguila, raviolone con carne estofada, lasaña crujiente de salmón salvaje, cotoletta milanesa, coquelet laqueado o el salmonete con presa ibérica marinada que tan buen sabor de boca deja.

¿De postre? No te deberías olvidar del tiramisú, la crema fría de limón con cachuetes y marengue, el cannolo con crema de pistacho y una pannacotta con higos asados y vincotto que nos permiten llegar a la sobremesa con ganas de tomarnos una copa o un vino dulce tanto italiano como patrio. ¡Mamma mia!