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Ariana Díaz Celma

El aval del sello Parking Pizza no cuenta con el más mínimo margen de error. Sus locales abren siempre con una fórmula que bascula entre sus infalibles pizzas gourmet y una segunda propuesta en un anexo del local, que consigue abrir el apetito de los curiosos. Si terminábamos 2017 con el hit sin precedentes de Parking Pita, el fatídico 2020 clausuraba con una apertura que, aunque truncada por los devaneos de la pandemia, prometía convertirse en el nuevo hit de los amantes del comer sublime y sencillo. Así es como Parking Sótano ha allanado los primeros meses de 2021, constituyéndose como la nueva variación to try de sus predecesores, el nuevo capricho del tándem formado por Marcos Armenteras y Berta Bernat que, sin olvidar sus aclamadas pizzas en el piso superior, han abierto un steak house el las tripas del 5 del Passatge Marimon. F: Todas las imágenes cortesía de Parking Sótano

© Parking Sótano

“Nos gustan los negocios monoconcepto, en este caso centrado en el hecho de comer una buena carne con una relación calidad-precio muy competitiva”, confirma Marcos Armenteras

Parking Sótano se ha inmiscuido en la agenda sibarita de la ciudad con una ecuación fácil y ganadora: la de una carta sencilla pero eficiente. Mientras uno baja las escaleras de este basement puede oler las brasas al rojo vivo, que cocinan lentamente entrecottes de 500 gramos pensados para compartir entre dos o tres personas, dependiendo del apetito y los acompañantes con los que uno decida completar este manjar de dioses.

El carbón da ese punto acogedor del fuego, que envuelve una mesa donde los chefs preparan todos los platos a la vista del comensal. Entre los sides, encontramos delicias tan simples como la patata gratén, puerro y gruyère, las espinacas en crema, los huevos, la parmentier de patata y trufa, los espárragos verdes, las zanahorias a la brasa, la cebolla frita, la lechuga francesa o las clásicas patatas fritas. Los amantes de las salsas pueden completar la elección con alguna de las cuatro disponibles: bearnesa, café de París, queso azul y cebolla y chimichurry.

© Parking Sótano

Entre los postres cabe destacar el sticky toffee, un guilty pleasure que Marcos tenía claro que debía estar -y con motivo- sí o sí en la carta. Otras opciones algo más ligeras incluyen las trufas de chocolate con cardamomo, aceite y sal o alguno de sus deliciosos sorbetes.

Con el estilo dinámico, moderno y desenfadado que caracteriza a todos sus establecimientos, el nuevo Parking Sótano es el nuevo meeting point de los carnívoros -abstenerse vegetarianos-, con una atmósfera de speakeasy y una iluminación tenue que contribuyen a perfeccionar la experiencia. El interiorismo, como sucede con los locales anteriores, surge de la conjunción del trabajo entre Marcos y Berta, la dirección de arte de Lekuonastudio y el estudio de arquitectura de Antonio Spalletta.

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