Muchos negocios creen que su emplazamiento mucho tiene que ver con el éxito del proyecto en sí. Nada más lejos de la realidad. Que un restaurante tenga unas coordenadas excepcionales simplemente le obliga a no bajar el listón y manifestarse de la misma manera en su interior. Una obligación de compaginar continente, contenido y alrededores, fórmula del éxito para muchos locales que no todos saben despejar pero que en el caso de Rolenka se consigue y nuestro paladar agradece. ¿Seguimos?

Lujo cosmopolita dirigido por las buenas manos de la chef Olena Ros que abandera un producto de primera

Situado en plena calle Mayor, a un tiro de piedra de la castiza y famosa plaza del mismo nombre y con el Palacio Real como testigo de tan gastronómico plan, el Rolenka es uno de esos sitios que te enamoran desde tu entrada y no te dejan de sorprender hasta la salida. Un proyecto dirigido por la chef ucraniana Olena Ros que se centra en la cocina tradicional de nuestro país como verdadero acierto en una zona de establecimientos demasiado turísticos y las ganas de comer rico y a buen precio son una máxima poco atendida.

Un espacio gastronómico donde se nota el paso de Ros por la escuela de gastronomía Le Cordon Bleu, gracias a procesos de elaboración auténticamente escrupulosos en platos que permiten a nuestro paladar viajar y a nuestra cabeza olvidar todas las malas experiencias culinarias que previamente hayamos podido tener. Un restaurante que sabe mimar, tratrar y sacar partido al producto de temporada y configurados en varios menús según el gusto del cliente.

Una carta principal enfrentada a dos menús especiales (además del de mediodía) que nos dejan platos como el queso Camembert al horno con fresas y bayas, los boquerones a la plancha con salsa bilbaína, las croquetas de carabinero, el rabo de toro sobre patatas rösti al chocolate, las tortitas de patata con creme fraiche y variedad de pescados ahumados, el ceviche de salmón y vieira con salsa de jengibre y pimienta de Jamaica, el confit de pato con salsa de naranja y puré de patatas, la dorada fresca crujiente con verduras de temporada, la hamburguesa de salmón, el arroz con leche o la tarta Tatin de entre muchos otros que seguramente querrás saborear en múltiples visitas.