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Bru Romero

Pocos hay que no deseen con todas sus fuerzas que llegue el viernes. Día soñado por muchos para entregarse al delirio más ocioso, jornada más que idónea para aquellos con inquietudes y ganas de pasarlo bien. Dicen los más entendidos que los mejores instantes vienen precedidos y sucedidos de esas experiencias que son difíciles de borrar… por inmejorables. Como inmejorables han sido las Royal Bliss Experience celebradas en el Only YOU Hotel Atocha donde hemos sido testigos desde junio a octubre de una serie de planes diferentes que nos han permitido desconectar de la rutina y comenzar el fin de semana del mejor modo.

Porque la vida es necesario vivirla, lucharla y con las Royal Bliss Experience sabemos siempre que hemos triunfado

Una experiencia gastronómica con maridaje poco común y unos invitados de excepción que ha contado, en su última parada, con el trader, deportista y coach catalán Josef Ajram. Una última aventura, que unida a las anteriores lideradas por Marlango, Emilio Duró o Annie B. Sweet, ha venido a confirmar que la motivación más exclusiva también nos llega en forma de gama de mixers, haciendo posible la mágica unión de un sabor auténtico y unas arengas de lo más estimulantes para cuerpo, alma y corazón.

Una perfecta expedición para los pocos que se han atrevido a dejarse la mochila en casa y se han entregado al golpe de efecto que estas Royal Bliss Experience han despertado en un público de lo más exclusivo. Una oportunidad de gozar con la degustación gastronómica, sentir con el maridaje Royal Bliss y sus matices absolutamente indescriptibles (a no ser que los pruebes) y vibrar con una sobremesa motivacional sin precedentes.

Josef Ajram llegó, vió y venció y nosotros sentimos lo propio con una charla de esas que no se olvidan y se adaptan a cada una de las necesidades de nuestro día a día. Como también se adaptan cada una de las Royal Bliss a los platos sobre la mesa, suponiendo la mejor compañía y la fórmula del éxito para que el buen sabor de boca sea un recuerdo imborrable. Porque hay veces que más vale lo bueno por conocer que lo ya conocido y no por ello siempre bueno. La experiencia llega a su fin y nosotros satisfechos y con ganas de más. ¿Puede haber una mejor sensación?