Convertirse en referente de la cocina local y, con suerte, repetir la gesta a nivel nacional, no es algo fácil sino una tarea complicada que requiere de mucho esfuerzo. Más, si en estos tiempos que nos ha tocado vivir, la más candente actualidad nos está poniendo a prueba hasta el límite de nuestras libertades (y posibilidades). En Saddle no solo han sabido conseguir lo primero sino que también se han sabido actualizar y renovar hasta el punto que merece la pena dejarse mimar por ellos. ¿Vamos? F: Cortesía de Saddle

Saddle es el único restaurante español con certificado LEED® Gold, concedido por el Consejo de la Construcción Verde de los Estados Unidos en materia de sostenibilidad

Situado en los límites de Chamberí y volviendo a la carga con las mismas ilusiones que cuando lo abrieron por vez primera, Saddle vuelve a subir el cierre de su restaurante en dos plantas y hasta siete ambientes según sean tus necesidades. Un oasis de tranquilidad de 1.300 metros cuadrados, liderado por el chef Adolfo Santos, que plantea la excelencia como objetivo y el buen servicio y producto como herramientas para conseguirlo.

Unos fogones que vuelven a bullir y unos carritos que comienzan a corretear por la sala para celebrar que ha vuelto y con toda una carta renovada. Así, podremos disfrutar de la elegancia de platos como el pez limón con gazpachuelo de chirivías, el atún rojo con ajoblanco de remolacha, las flores de calabacín con comté y Vin Jaune o el virrey con bilbaína emulsionada y verduras de navazo como pequeño anticipo de una reserva de lo más idónea para celebrar que volvemos a estar sentados a la mesa con los nuestros.

Una propuesta culinaria comprometida, muy ajustada, que no rechaza el pasado de los antiguos recetarios pero que mira al futuro con decisión y pasión por la materia prima de temporada. Un Saddle que mantiene su distinción, un clásico de Madrid que sabe reinventarse porque seguir tirando del carro y adaptarse a la novedad es de guapas.