¿Por qué lo francés nos llama tanto la atención? El país vecino supone una verdadera inspiración en cuanto a gastronomía se refiere y es que si lo asiático despierta nuestra pasión por el exotismo, lo afrancesado hace sucumbir a nuestro perfil más romántico y boho. Y si el negocio en cuestión es ya una pastelería, nuestra rendición torna en absoluta. Es lo que pasa con Santa Eulalia.

Si estás en contra de cualquier conservante o sustancia química que altere el sabor del producto, estás de enhorabuena, Santa Eulalia será tu pastelería de cabecera

Situada en las cercanías del Palacio Real y descubriéndose ante nosotros como una pastelería/repostería/panadería tan sofisticada como su propio nombre, Santa Eulalia es el place to be, no solo si quieres deleitarte con sus dulces sabores, sino calmar tu pasión cultureta. Y es que el local en cuestión está construido junto a la muralla del siglo XII, de origen cristiano, que en su momento daba cobijo a vieja Villa de Madrid.

Un negocio cuyos dueños Ana Ramos y José Alberto Trabanco se han encargado de convertir en indispensable tanto para los apasionados de la glucosa como los de la sabrosa miga del pan que encuentran en sus harinas ecológicas y de largo fermentar, el tesoro de sus planes a primera hora del día o de media tarde.

Un negocio que aboga por la frescura diaria de sus productos ya sean bizcochos, tartas, pasteles, panes o demás especialidades. Una boulangerie y patisserie a la moda franchute donde desayunar, almorzar o merendar mientras el tiempo se detiene y pegamos voraz bocado a un brioche, moulin praliné, canelé, cruasanes, financier, tartas al gusto y demás ricos grandes éxitos de un punto de encuentro de caras guapas, influencers y locales del barrio que saben lo que es realmente bueno.

Si me preguntas por la calidez de su café, te diré que tienen su blend y otros tantos de origen y si lo haces por su técnica, te informo que tienen a sus dos baristas particulares. ¿Te haces a la idea? Verdaderamente espectacular. No te dejes de pasar.