By
Ariana Díaz Celma

Al lado del Palacio Real, entre turistas y callejuelas, descubrimos todo un tesoro, el restaurante Santo. La responsable de este original proyecto es la brasileña Juliana Aguiar, que aporta su experiencia profesional junto a grandes chefs como Berasategui, los sabores de su vida con originales aires directos desde Brasil y su buen gusto, en todos los sentidos, a la hora de diseñar el restaurante. Con todo esto Juliana ha creado un restaurante que siente como su propio hogar para que estés como en casa.

En Santo puedes encontrar cocina de mercado muy mediterránea pero con personalidad propia e influencias brasileñas. La carta es corta, lo que asegura la calidad de los platos, y se renueva cada poco para evitar la monotonía.

Si estuviéramos al otro lado del charco definirían el restaurante como ‘comfortable food’. En España vendría a ser la clásica comida casera, en este caso pensanda siempre para que sea compatible con una alimentación saludable. Además del servicio de restaurante, Santo cuenta con un pequeño espacio gourment donde puedes comprar vinos, aceites, embutidos, pan, mermeladas u objetos de artesanía.

La decoración del local es uno de sus grandes puntos fuertes, pues rebosa personalidad con un aire vintage rústico que marca el ambiente de la velada. Amplias mesas de madera bien iluminadas, un gran banco corrido con bonitos y variados cojines, sillas de madera de un antiguo colegio, cuadros en la pared con utensilios de cocina de antaño y bonitos platos de cerámica decoran el salón junto a un bonito sofá chester de piel, donde puedes sentarte para esperar mesa. Como detalle, fíjate en el papel de la pared del baño, ¡precioso!

Para comenzar tienen un plato único, que facilita la elección a los indecisos, llamado Mezze y que consiste en unas ricas verduras asadas de la huerta con albahaca, embutidos de diferentes partes del mundo, salazones y quesos que van cambiando cada día. Para continuar la carta cuenta con una sección ‘de la tierra’ con platos como el churrasquito de picanha a la brasileña, el paté de canard con puré de boniato o el picadito de solomillo de cerdo a la carioca acompañado de huevo a baja temperatura, arroz, berzas, farofa y plátano. En el apartadao ‘del mar’ destaca el bacalao con tartar de tomate o los langostinos agridulces con arroz mango, hiervas, coco y pimientos.

Los postres son caseros y brutales, así que es imprescindible probarlos. Entre ellos destaca la mousse de fruta de la pasión brulée o el cheesecake con guava.

Fuera de la carta, cuentan con un plato del día a mediodía que se sirve con ensalada y cuesta 15 euros; además del plato especial de la semana para las cenas. Comer o cenar te costará sobre los 30 euros.

Aparte del menú, de vez en cuando sorprenden con ideas como un festival gastronómico brasileño, menús especiales de Navidad o con el clásico plato de puchero brasileño feijoada, que hacen el último sábado de mes.

Para maridar el manjar, cuentan con una corta pero bien seleccionada carta de vinos y una riquísima sangría de cava con zumo y frutas naturales.

Aquí todo inspira tranquilidad y buen rollo, así que no tengas prisa por abandonar la mesa y alarga la sobremesa con un aromático café y una caipirinha con frutas de temporada.

Los domingos no podía faltar el brunch con los ya clásicos huevos benedict, ricos zumos naturales, mermeladas caseras, queso, jamón y verduritas de la huerta.

Santo es un restaurante con encanto, espíritu homemade, comida de mercado saludable y aires brasileños, ideal para disfrutar de una velada en familia con amigos. 

Detalles




  • Dirección: C/ Caños del Peral, 9 Madrid