Si algo hemos aprendido con la experiencia es que el trabajo en grupo no solo puede llegar a ser más reconfortante en el día a día sino que también nos puede hacer rozar el éxito con los dedos a largo plazo. Pero para que un equipo sea perfecto debe existir una química entre sus miembros y si hay un tándem que de esto sabe mucho es el formado por los hermanos Sergio y Roberto Hernández que siguen haciendo de las suyas (gastronómicamente hablando) y regalándonos al paladar joyas como Taramara, su último proyecto.

Situado lo suficientemente alejado del centro neurálgico foodie como para que no le puedan hacer sombra pero con la única intención de volver a los orígenes que les vieron nacer, los hermanos Hernández celebran con Taramara toda una carrera de trabajo duro y sabores que vuelven loco. Lo hicieron en La Chusquery, lo repitieron en Latasia y ahora vuelven a marcarse el tanto con este local situado en Hortaleza, dividido en ambientes (barra, comedor y salón) y cuya verdadera sofisticación es apostar por una cocina de producto, con criterio y mucho sabor.

Tanto si conoces Latasia como si aún no has probado nada de los hermanos Hernández, Taramara se convierte en tu próxima parada obligatoria si valoras las materias primas

Si con Latasia la intención ha sido hacer converger las texturas latinoamericanas con las asiáticas sin perderse en superficialidades, con Taramara el objetivo es volver a esa tradición y costumbre, con guiños a los grandes éxitos de Latasia y con una pátina de atrevimiento y gusto por lo contemporáneo que nos gana desde el primer bocado.

Un punto de encuentro para esos platos que habíamos soñado y que por fin se hacen realidad sobre la mesa y que a base de croquetas de calamar en su tinta; mejillones al vapor con chalotas y vermut seco; tacos al pastor con brisket de res al carbón; pulpo a la parrilla con mojo canario; revolconas y torreznos; fish and chips de rodaballo; ensalada de kale y quinoa; lagarto ibérico salteado con ajetes tiernos y cebolletas encurtidas; lasaña de pollo en pepitoria; cachopo o un bocado de la reina (que tendrás que ir para saber lo que es…) no defraudan y nos hacen valorar el esfuerzo de los hermanos Hernández que llevan mucho tiempo entendiéndose como nadie con el producto.