Con tanto lío de cocina japonesa, china o de autor, a veces olvidamos que hay más oferta sobre la mesa que días en la semana y es que, si pensabas que solo este tipo de cocinas eran las que se llevaban el gato al agua en cuestión de confianza de público, la gastronomía india sigue manteniendo su camino al margen de lo que dicta la tendencia, abriéndonos a un mundo paralelo de sabores y texturas que embriagan al paladar.

Sentimiento poético y culinario que encuentra su ejemplo más auténtico en el restaurante Tilk, un local que ofrece un pasaje directo a la India al ritmo de platos que provienen de cualquier rincón del país y que, mezclando modernidad y tradición, se hacen con el comensal desde el primer momento. Una cocina especiada que se enfrenta a los gustos de las nuevas generaciones, rebajando en picante y apostando por sus especialidades más healthy, lo que le ha convertido en punto de encuentro de los parroquianos más veggies.

¿Sabías que Tilk (o Tilak) es el adorno que los hindúes se ponen en la frente y que además simboliza ‘dar la bienvenida’?

Un local que, huyendo de la decoración barroca de este tipo de restaurantes, celebra la sofisticación y sobriedad frente a un público primerizo al que desde el primer momento se le agasaja con la hospitalidad propia de la república asiática. Comensales que saborean los tilk pakoras (buñuelos de harina de garbanzo con especias y espinacas), cheese tikkis (pastelitos de patata rellenos de queso) o los nargisi kabab (pastelitos de cordero relleno de huevo) en un primer momento, para proseguir con currys de cordero como el tilk o el punjab handi (de la región del Punjab en salsa de cebolla y cilantro fresco), su jhinga goa (gambón al curry con especias de Goa), el sabroso sabzi biryani (arroz con verduras), mientras disfrutan del garlic nan (pan con ajo y aceite de oliva).

Comidas que maridan a la perfección con su selección de cervezas y que con la Cobra y la Bangalore se apuntan el tanto y la satisfacción del cliente. Cliente goloso que no quiere desperdiciar su estancia en Tilk para probar sus gulab jamun (bolitas de leche frita en almíbar de azafrán y canela) o poner los ojos en blanco con su arroz con leche y frutos secos aromatizados con azafrán y cardamomo, kheer para más señas. ¿Salivas? Pues es buena señal. ¿Reservamos?