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Ariana Díaz Celma

Vito Montolio es a las vísceras y órganos lo que Jean-Luc Godard a las armas y las mujeres. Un tándem indisoluble del que sale la inspiración necesaria para crear ilustraciones en las que lo áspero y abrupto termina siendo belleza y pura poesía. Sus estudios en la Escuela Massana de Barcelona y sus posteriores prácticas en el estudio de animación por plastilina Rodolfo Pastor, le han llevado a tener un currículum tan diverso como brillante. Tras ganar el concurso II Premi portada Más Jove, ilustrando durante un año las portadas del suplemento homónimo del diario gratuito Metro, ha hecho de todo un poco, desde hacer las ilustraciones para una colección de camisetas de Davidelfín, a una campaña para Isdin o Panda Antivirus, así como varias exposiciones individuales y colectivas. Como él mismo dice: «Guan, chu, fri, caramba!». Bienvenidos al mundo de Vito Montolio… 

Háblanos de cómo las vísceras consiguen ser el hilo conductor de tu obra…

Supongo que es el camino natural, de todo aquello que de una forma u otra nos mueve por dentro y necesitamos sacar. En ese sentido soy muy visceral, no puedo callarme una aunque eso me haga meter la pata hasta lo más hondo. Así que supongo que eso es también un reflejo en lo que hago, de lo que me mueve como persona, indisoluble de mi trabajo. También me gusta mucho la sonoridad de la palabra en sí, de hecho creo que es una de mis palabras favoritas y por eso empecé a usarla para referirme a lo que hacía. Algo con una sonoridad afilada pero, en el fondo, no más que un montoncito de órganos blandos y hasta cierto punto deformables y pegajosos, que me venían muy bien para describir la casquería emocional de la que suelo abusar.

«Prefiero perderme entre el límite de lo que es bello y lo que puede que no lo sea, entre la corrección y el fallo, que entre el buen gusto y lo estético»

Philias, kinkis, héroes negros… ¿Cómo consigues que las cosas que a priori deberían ser feas se conviertan en bonitas?

Es que a veces no creo que sean bonitas. Siempre tengo dudas de que a alguien le vayan a parecer de este modo. Simplemente intento mostrarlas como yo las veo, aún sabiendo que a los demás no tienen porque parecerles entrañables. Vivo rodeado de gente con buen ojo y gusto exquisito por lo estético, y créeme que lo sé apreciar, lo valoro y me gusta, pero prefiero perderme entre el límite de lo que es bello y lo que puede que no lo sea, de la corrección y el fallo. Soy consciente de que a nivel comercial es contraproducente muchas veces, pero me parece muy interesante como ejercicio vital aplicable a todo lo demás.

De una marca de cremas como ISDIN hasta una colección de camisetas para Davidelfin o la imagen de una horchatería. ¿Son las vísceras camaleónicas?

Hablando en estos términos creo que podríamos decir que sí, lo que está muy bien pero a veces también crea una sensación de dispersión contraproducente para mí o de cuestionable consistencia. Que no digo que mañana o pasado cambie de opinión y siga un camino más coherente a lo estético, pero no me gusta pensar en dibujar sólo como un objetivo sino como un vehículo. Y de esa sana costumbre de meterme en todos los fregados, acaban saliendo cosas cómo lo de Isdin, un proyecto a raíz de trabajar en una agencia por el nada desdeñable lapso de tiempo de dos semanas en las que me pagaron con sonrisas, o lo de Davidelfín a través de Myspace. Pero han habido muchas otras, algunas fallidas, otras no. Desde moldear figuras de plastilina para una serie de animación hasta lo de la horchatería, que realmente era una intervención para el opening solamente aunque lo han mantenido, pese a que el estudio de arquitectura que llevaba el proyecto no lo contemplase.

También has protagonizado alguna que otra exposición. Dinos, en un mundo ideal, ¿Vito Montolio se dedicaría a trabajar en muestras o para firmas? ¿O quizás ilustrando artículos para prensa con una visión muy ácida y personal?

Lo primero me aterroriza. Están muy bien las exposiciones para darte un feedback real y directo, pero soy muy malo como anfitrión y me cuesta horrores, sobre todo si son individuales, tengo mucha suerte de ir de la mano de Con H Agency en ese sentido. Por lo demás, no descarto nada. La ilustración de prensa me gusta, pero no sé si ese amor es mutuo. También creo que me sentiría cómodo poniendo imagen a mis propias palabras, aunque en ese sentido aún no me he lanzado a la piscina, así que estoy esperando a hacer la digestión para lanzarme en bomba.

«Desde que me he mudado a Coruña estoy empezando con el mundo de la cerámica de aquí, que me parece maravillosa y no descarto hacerme blogger, que también es muy de aquí»

Recientemente te has mudado a Coruña, ¿puede este cambio orientar tu trabajo a otra dirección?

Totalmente. Ha sido algo circunstancial pero muy bienvenido, me da la impresión de que en Galicia tienen un bagaje cultural muy arraigado y estratificado a todos los gustos y paladares, mucho más accesible y nada exclusivo. No sé decir si les viene de su herencia emprendedora o de que esos días cuando hasta el clima falla siempre queda algo por hacer o descubrir, pero me he hecho mío el mantra ese de “Donde fueres haz lo que vieres”. De momento, estoy empezando con el mundo de la cerámica de aquí, que me parece maravillosa (y que casualmente me la descubrió Ceci de Good2b con quien vine a Coruña por primera vez) y no descarto hacerme blogger, que también es muy de aquí.

Nos han llegado voces de que tienes un proyecto interesantísimo entre manos… ¿Nos puedes decir algo más?

Poco más puedo decir de momento, pero va a ser un proyecto expositivo que nació a los pocos días de llegar aquí de forma muy casual, de momento estoy en las primeras fases de producción, recuperando obras de un pintor casi olvidado a través de todos los medios posibles para hacer un update de sus obras un poco canalla. Pero la historia detrás es maravillosa, me estoy divirtiendo mucho tratando de recuperarlas y creo que merece la pena ser contada de nuevo, así que mejor me callo que me conozco.

Tus hotspots favoritos son…

De Barcelona voy siempre muy a tiro hecho y soy animal de costumbres, siempre baso la ruta en función de la compañía. Si tengo que describir un día ideal soy mas de desayunar por el Eixample, un café para llevar en el Molika de calle Casp, 57, y bajar paseando al Born haciendo hincapié en los yoguis de la Ciutadella y en el botánico aunque esté cerrado. Pasarme por La Pelu de Templers, 6, a saludar a Gloria y a hacer unas birras a la terraza del Pisamorena (C/Consolat del Mar, 7) para poder ver pasar bien a la gente sin que me cobren la cerveza a precio de tinta para tóner. Ir a comer al Poblesec, y con la excusa pasar por delante de The Garaje by Blume y el hotel Brummel y pensar eso de “como ha mejorado el barrio”. Igual luego ir al centro y, si tengo la suerte de que he quedado con alguien y llega tarde, subirme a la cafetería del Corte Ingles y observar a las señoras emperladas beber Bitter Kas. Pasar por el Campari Milano (C/Ronda Universitat, 35) a hacer un dirty gintónic mientras cae el sol, o tal vez otra cerveza en el Ocaña con Dessislava antes de atravesar el Raval justo a la hora que cierra la Boquería, y acabar en Sant Antoni, probablemente en el Lando, y tras tanta cerveza encerrarme en el baño a escuchar chistes de Eugenio antes de acabar la noche algo desorientado en algún lugar inconexo detrás de la sala Apolo.

No puedes parar de escuchar en modo repeat… 

Escucho de todo, que supongo que es lo que dice todo el mundo. Pero basándome estrictamente en el historial sobre los últimos temas reproducidos en el móvil sin hacer trampas indies, tragándome la vergüenza y pidiendo disculpas por adelantado, aparecen no necesariamente por este orden los temas de la siguiente playlist.

Prohibirías…

Aplaudir en los aviones, regatear el precio de las cosas, los espectáculos con cetáceos, el uso de 3G en estado etílico, y seguramente me pondría a prohibir y acabaría prohibiendo alguna de las cosas que hago.

Nunca pensabas que terminarías…

Llegando a los 30.

Para ti ser Good2b es…

Supongo que tiene que ver con ser despierto, curioso en cuanto a todo aquello cultural que pasa a tu alrededor digno de conocer o experimentar, sin estar necesariamente englobado en una sola disciplina.

*Foto de Leinad Zitro