La esencia de YUBI, el nuevo restaurante de L’Esquerra de l’Eixample de Barcelona, reside en el pasaporte y savoir faire de su creadora: Yoaké San. La chef, de madre japonesa y padre galo, ha pasado la mayor parte de su vida en Francia, donde quedó como finalista en el programa Top Chef del país. Este título dio visibilidad mediática a las técnicas y aptitudes que había aprendido anteriormente en la prestigiosa École Vatel de París. Incluso llegó a presentar su propio programa, donde recibía a una celebrity en cada episodio para trabajar una receta a medias; u otros ajenos, como Le goût du voyage en la cadena FOX. F: Cortesía de YUBI

La esencia de YUBI reside en el pasaporte y savoir faire de su creadora, Yoaké San

Tras colaborar con marcas como Louis Vuitton, Kenzo o Nike y residir varios años en Ibiza trabajando para caterings privados, ahora San se instala en la Ciudad Condal, un espacio apacible y cálido para criar a sus hijos y un punto a medio camino entre su Francia natal y las Baleares, con una cultura culinaria a la altura de sus expectativas. Una pandemia de casi dos años ha servido para ralentizar el proceso de apertura de YUBI, pero también para parir el proyecto minuciosamente, tallando a medida una propuesta con muchos matices, como su background y personalidad, y que empieza por el significado de su nombre: dedos en japonés, pero también las sílabas de los nombres de sus dos hijas con su pareja Ben, DJ y socio del restaurante.

Su cocina franco-japonesa en la versión más high end que podamos imaginar empieza por unas ostras francesas, que bien se pueden probar al natural, con ponzu o mignoette con echalotte. Imprescindible que este bocado crudo sea la antesala de sus gyozas al estilo bourguignon con reducción de salsa de vino tinto o los wontons crujientes de wagyu japonés A5 con foie micuit y salsa ponzu de trufa negra. Curioso es su nem de butifarra negra con pera caramelizada y mermelada de cebolla roja, un guiño clarísimo a la tierra en la que YUBI reside. Y otro plato tan sabroso como divertido es su tempura de boquerones con semillas de amapola, mayonesa de yuzu fresco y salsa tentsuyu.

YUBI es un alegato a la fusión franco-japonesa en la versión más high end que podamos imaginar

Sus platos pensados para compartir pueden funcionar como comida o cena en sí misma. No obstante, es recomendable probar alguno de sus principales estrella, como es el solomillo con salsa al tigre que llora acompañado de puré de boniato a la trufa y patatas milhojas; o la costilla de vaca madurada a baja temperatura 72 horas. Los postres siguen la filosofía de la fusión franco-japonesa, como bien demuestra el parfait de sésamo negro, mango e hibiscus con crocante de cenizas.

Las deliciosas recetas de la chef funcionan como perfecto preámbulo para probar sus hasta 10 cócteles de firma, su carta de sakes o descorchar champagne hasta que el cuerpo diga basta. Puede que no lo hayamos mencionado aún, pero la banda sonora de YUBI está cuidada hasta el milímetro: de sutil jazz al mediodía hasta sesiones de DJ que suenan desde el booth que se encuentra en la entrada del lugar. Así, la atmósfera está servida.

Comer o cenar en YUBI te costará al rededor de 50€, teniendo en cuenta que su fantástica selección musical viene como regalo de la casa.