Pocas gastronomías hay como la asiática que nos induzcan a un vicio foodie tan descarado. Una propuesta healthy como pocas que no escatima en variedad, deslumbra en nuevas texturas y puede llegar a convertirse en el mejor plan para compartir entre amigos, familia o ese rollete que necesita ese último empujón para caer en el bote. ¿Necesitas recomendación? Zen Market es tu indispensable.

Ubicado en el Estadio Santiago Bernabéu y con unas vistas que podrían atragantar al anti madridista más de libro, olvidamos cualquier tipo de afiliación futbolística para entregarnos exclusivamente a la aventura de la cocina más oriental como único tanto al marcador.

Una propuesta que bebe de lo milenario de una cultura misteriosa y virtuosa que en manos del chef Roger Chen logra esbozar un esquema muy bien definido y sabroso de lo que supone unir la cocina japonesa con la china y no morir en el intento.

El pato laqueado y más de 350 referencias de caldos nacionales e internacionales, su particular penalti con vistas al campo

Un desafío que adquiere una mayor presencia en sus más de 2.000 metros cuadrados de espacio, decorado por el gusto inigualable de Nacho García Vinuesa, y que permite a auténticas piezas de anticuario custodiar una serie de platos que retoman lo mejor del recetario tradicional y lo superior de un continente asiático que sigue siendo moderno en su particular conservadurismo.

Un Zen Market donde la interpretación de este nuevo pentagrama está a la orden del fogón más candente, la textura más exótica, la materia prima más refinada o el menú degustación mejor confeccionado en función de las ganas del comensal. Unas propuestas cerradas que se añaden a la también interesante opción a la carta que nos seduce con bocados como su ceviche de corvina, tataki de atún con salsa de ciruela, tempura de gambas y salsa cremosa, uramaki de soft Shell crab tempurizado, sushis, sashimis, temakis con las mejores corvinas, lubinas, vieiras, anguilas, pulpos o chicharros o esas sopas agripicantes, gyozas de cerdo a la plancha o patos crujientes y aromáticos que nos permiten degustar esas especialidades laqueadas o a la Cantonesa que tanto nos elevan a un mundo paralelo de digestiones agradecidas.

¿Quieres terminar en condiciones? Entrégate a los sushis dulces que te convertirán de lleno en su particular hinchada, los fanáticos más eufóricos de esta corriente asiática que jamás duerme.