En Good2b tenemos nuevo sitio favorito a escasos metros de la oficina. Mey Hofmann acaba de abrir una taberna para dar rienda suelta a su lado más tradicional en un local por el que anteriormente hemos visto pasar con poca fortuna los platos de Cal Xim y Foc Ca La Nuri. No obstante, confiamos en Mey para resucitar este hotspot que hemos metido ya en nuestra lista de cabecera de ahora en adelante. Para la ocasión, una de nuestras chefs favoritas en kilómetros a la redonda deja la sofisticación de la alta cocina para dedicarse al picoteo, las brasas, los vinos y el pan rústico de elaboración propia. Los postres, obviamente, los firma la casa Hofmann.

En la Taverna Hofmann econtramos la clásica cocina de abuela con ese toque de la casa que convierte la receta más sencilla en el manjar más exquisito

Mey Hofmann empezó su carrera por arriba, eso es conquistar la haute cousine, gracias a un restaurante de merecida Michelin y a una escuela, que ondean como bandera de un tipo de cocina muy particular, culminan con una de las mejores pastelerías de la ciudad -¿quién no ha caído rendido a sus prohibitivos croissants rellenos de mascarpone?- y terminan con un apéndice que en principio todos tenemos aprendido: una taberna de toda la vida. En ella podemos encontrar la clásica cocina de abuela con ese toque de la casa que convierte la receta más sencilla en el manjar más exquisito sin decubrir muy bien el porqué.

Vayamos al grano: qué se puede encontrar en la carta. Puedes empezar con clásicos como un buen jamón, los buñueos de bacalao o las croquetas de rustido, u otros platos más consistentes -pero no menos tradicionales- como el ‘cap i pota’ con garbanzos o los guisantes con papada. Los macarrones, ese plato tan infravalorado que por suerte está volviendo con fuerza, es también un must para los nostálgicos. Puedes seguir con su ‘cromesqui’ de pies de cerdo, su bacalao de toda la vida o su arroz con salsichas y sepias. Aunque leyendo todo esto parezca imposible -el lugar no es apto para aquellos que huyan de la comida contundente-, recomendamos dejar algo de apetito para los postres. Además de algunos traídos de la propia pastelería Hofmann, encontramos nombres de siempre como el Músic, que se sirve en forma de azulejo de chocolate con frutos secos, y acompañado con una copita que ayudará a hacer la digestión.

Puedes comer o cenar en la Taverna Hofmann por 25-35 módicos euros.