Si pensábamos que ir al mercado era cosa de gente mayor, más vale que vayas reactualizándote. Los mercados vuelven a sacar pecho con orgullo y de ahí que no queramos salir de ellos. Si no, que se lo digan a los clientes de Insurgente, un puesto de lo más encantador donde la gastronomía es potente fusión y donde probar ricos platos es toda una fantasía hecha realidad.

Porque si tu espíritu es viajero como el de Willy Fog, deberías ir a conocer la que están armando Genaro Celia y Agustín Mikielievich (dos viejos conocidos desde sus andanzas en el grupo Cokima) en el muy ajetreado Mercado de Chamberí. Una puesta en escena que nada tiene que envidiar a cualquier restaurante postinero y unas ganas de rompernos la cabeza y alegrarnos el paladar tan intensa como deliciosa. Porque si sentías que ya lo habías masticado casi todo, la insurrección de este dúo de chefs, les permite romper las reglas de la cocina más callejera para apostárselas a una serie de recetas con las que se te irá la olla.

El mano a mano de los chefs Genaro Celia y Agustín Mikielievich revolucionan uno de los mercados más castizos de Madrid con una propuesta para paladares con tendencia a la sublevación culinaria.

Sabores explosivos no aptos para cardiacxs (bueno, para ellxs también) en la que lo latino y lo asiático se encuentran para ir de la mano e ir marcando una experiencia de auténtica fusión a la que no le podemos sacar ni un pero.

Un Insurgente que nos lo pone fácil, pues su carta no es extensa, pero bien merece más de una vuelta. Así, platos como sus croquetas de costilla a la brasa a baja temperatura y gel de lima, focaccia de ropa vieja con su jugo y queso curado rallado, la empanada de birria mexicana (¡está de moda la birria!) con queso San Simón y chimi de tamarillo, su taco de pollo crujiente con glaseado de mango spicy, su panceta crujiente con huancaina ahumada y cebolla roja con cilantro, la molleja de vaca a la brasa con mostaza de hierbas y cremoso de plátano macho, su milanesa de secreto ibérico con mayo de huevo frito y queso galmesano con patatas o el fideo udon con salsa de calamar y guanciale a la brasa resultan más que intachables y totalmente recomendables. ¿Eres dulcerx? Sería pecado si no tomaras la chocotorta de dulce de leche con salsa de avellanas. Y ya estaría.