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  • By Claudia González

El brunch se sirve con vistas en el rooftop de Sercotel

El brunch se sirve con vistas en el rooftop de Sercotel

Hay rooftops con encanto y luego está esa vista: la que enmarca la Sagrada Familia como si fuera una postal viva. El Sercotel Rosellón abre su mítica terraza a un nuevo ritual de fin de semana: el brunch. A partir del viernes 31 de octubre, de 10:00 a 12:45, este icónico spot se reinventa para quienes quieren empezar el día con sabor, calma y una panorámica de 360º sobre Barcelona. La reserva es obligatoria (y más vale hacerla pronto, porque promete ser la mesa del otoño).


El menú no se queda atrás. En la carta, los clásicos del brunch se mezclan con acentos globales. Los huevos Benedictinos comparten protagonismo con una shakshuka especiada o unos chilaquiles rojos que parecen venir directamente de Ciudad de México. Las tostadas son otro espectáculo, como la de pan de carbón activado con salmón y crema de queso o la vegetal con champiñones, granada y crema de avellanas. Y si lo tuyo es lo potente: raclette bikini trufado, chicken waffle o arayes de cordero. Para cerrar, el momento dulce es obligatorio: french torrija de pistacho o pancakes con frutos rojos.

La terraza que redefine las mañanas

Hasta ahora, el rooftop del Sercotel Rosellón era territorio de atardeceres y copas al caer el sol. Pero su atmósfera chill out, con sofás, vegetación y un silencio que flota sobre el bullicio de la ciudad, se ha convertido en el escenario perfecto para las mañanas. Desayunar con esa luz, con el skyline de Barcelona extendiéndose ante ti, redefine lo que entendemos por buen comienzo del día.

El brunch del Sercotel Rosellón no es solo una experiencia gastronómica: es un gesto de placer cotidiano, una forma de celebrar Barcelona desde lo más alto. Quienes reserven (solo a través de la web o directamente en su recepción) podrán vivir la inauguración del viernes 31 de octubre, un evento exclusivo con brindis incluido. Y luego, cada fin de semana, este plan se consolida como un imprescindible para los amantes del desayuno. Hay vistas que, además de contemplarse, se viven y saborean.