A Madrid también se la logra conocer masticando, saboreando, degustando y gozándose cada uno de sus rincones culinarios y no hay otro como el barrio de Chamberí para poder deleitarnos a esa suerte. Hace unos meses os hablábamos de lo mucho que se había puesto de moda el ir de tapeo o comer por la calle Ponzano, tanto que hasta el hábito se había convertido en tendencia a golpe de hashtag: #ponzaning. Sin salir de la calle que más alegrías ha regalado a nuestro paladar, ponemos rumbo a Candeli. ¿Vienes?

La opción de poder, además, llevarse a casa la carne al peso nos hace celebrar por todo lo alto el verano y la temporada de barbacoas domésticas

Seguramente que los avezados gourmands ya se hayan dejado caer por este local de cocina de mercado y es que cuando la voz se corre, ya se sabe. Un restaurante con dos sumilleres al frente donde se hace gastronomía popular de sabores imbatibles y el espacio se divide en dos salas bien diferenciadas: la de picar y tomar algo rápido y la de entretenerse hasta una distendida sobremesa y comer sin prisas.

Candeli es frescura y dedicación exclusiva a la materia prima y eso se nota en una carta que atiende al producto de temporada, a los puntos exactos que requiere cada una de sus especialidades y a un comensal al que quiere ganarse y que no pretende comer cualquier cosa. Así, su ventresca de bonito sobre pulpa de tomate, el pulpo a la brasa con alioli, la brandada de bacalo gratinada, las rabas de potera a la andaluza y su pipirrana de pimientos, la ensaladilla rusa tradicional de merluza de pincho, los chipirones de anzuelo con ajili mojili, el rape de tripa negra braseado, la butifarra fresca con monchetas, los riñoncitos de cordero lechal o su centro de solomillo a la brasa responden al acierto de un Candeli que siempre está de bote en bote.

¿Necesitas algo más para convencerte?