No nos queda otra, en estos días grises y de lo más lluviosos, que huir (como aquellos románticos) a esos lugares que nos hacen olvidar que aún queda mucho invierno. Por eso, no podemos resistirnos al canto de sirena de un restaurante tan tropical como Casa Jaguar, verdadero punto de encuentro para los paladares más sabrosones. F: Cortesía de Casa Jaguar

Si Casa Jaguar te pilla lejos, acércate al Mercado de San Fernando o al de San Antón, donde podrás seguir disfrutando de todo lo bueno que su cocina te puede ofrecer

Volamos al número 9 de la calle Caños del Peral, zona Ópera para los menos callejeros, para ponernos las botas en Casa Jaguar, un restaurante latinoamericano con mucho atino, que sabe cómo llegarnos a la patata. Un verdadero oasis para amantes de cocinas como la peruana, la brasileña, la mexicana o la colombiana que quieren darse un respiro entre tanto roscón o potente cocido madrileño.

Una experiencia gastronómica, entre plantas exóticas, murales coloridos o sus muy cucas mesas de madera con sillones de bambú, con la que poner un bonito broche final a este año que está a punto de echar el cierre y en el que nos lo hemos pasado muy (pero que muy) bien masticando.

Un local donde es casi obligado comenzar por un pisco o por un margarita para recrearnos, bien a tono, con una carta repleta de platazos como su ceviche de corvina, el guacamole bien casero, su plátano macho con queso mascarpone, sus coixinhas de pescado, los tacos de arrachera con ternera adobada en salsa de soja, su espectacular milanesa, el chuletón de ternera de 400 gr. o los langostinos con salsa de leche de coco, si estás en ese mood. ¿Un postrecito? Venga, ¿pedimos la tarta tibia y cremosa de chocolate con helado de vainilla y un chupito de mezcal? ¡Que empiece la fiesta!