De todas las opciones gastronómicas que podemos tener al alcance de nuestra mano, siempre hay alguna ante la que nos debemos (obligatoriamente) quitar el sombrero. Podemos haber probado muchos platos, degustado muchas texturas y saboreado deliciosas combinaciones pero, aún teniendo en cuenta todas esas experiencias, existen determinados restaurantes que nos hacen saborear la magia de la gastronomía y deleitarnos con verdaderos oasis culinarios en boca. Algo así nos pasa con Coque, el restaurante del chef Mario Sandoval.

Ubicado a 20 kilómetros de Madrid, en el tranquilo pueblo de Humanes, y convirtiéndose en una aventura indicada para aquellos fines de semana que deseas hacer algo diferente y no te da pereza desplazarte, el restaurante Coque nos recibe en un espacio gastronómico diseñado por Nacho García de Vinuesa y con el perfume de la tradición más clásica en la cocina pero con potente twist.

Tras tres generaciones dedicadas en cuerpo y alma a la cocina, es en 2002 cuando Mario Sandoval y hermanos elevan sus fogones a rango de autor

Una vuelta de tuerca a todo lo que hayas conocido hasta este momento y donde el deseo por dejarnos sorprendernos viene precedido por la buena fama con la que el local se ha situado. Un restaurante al que avalan ya dos estrellas Michelin, donde su horno crea vanguardia, la naturalidad y el aroma de sus productos casan en perfecta armonía y su particular fijación por la arqueología del sabor y su memoria gastronómica son la llave a nuestra fidelidad por muchos años.

De sus proezas sobre la mesa, decir que existen dos menús: Max Madera y Arqueología. Una rica selección de platos que nos deslumbran con su macarrón de merlot con torta de queso; brioche frito de vinesenti relleno de tórtola guisada y salsa picante; saam de manita de cochinilla melosa con salsa cantonesa; escabeche de rape, besugo y esturión Nacarí con hinojo marino encurtido en vinagre de uva albillo y miso; cochinillo lacado con su carne jugosa y su piel crujiente con puré de ciruela especiado y ciruela y soufflé de yuzu y vainilla con borrachito de whisky y merengue flambeado, en la primera opción o un sugerente salpicón de gamba roja de Denia con pulpitos, encurtidos de pepino, zanahoria y cebolleta tierna y guiso de callos a la madrileña con perlas de huevas de erizo y puré de pochas con curry verde, como platos que se añaden a la segunda opción y que nos roban, definitivamente, la razón.

¿Hay necesidad de seguir aconsejándote tu reserva en Coque? Creo que mejor vas y lo compruebas por ti mismo.

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