Siempre se nos ha tratado de convencer de que segundas partes nunca fueron buenas, pero solo basta echar la vista a sagas como ‘El Padrino’, ‘Star Wars’ o ‘Gru, mi villano favorito’ para saber que los Minions siguen haciéndonos desternillar de risa ya sea en la primera, segunda o tercera película que pueda llegar a nuestras pantallas. Hace unos meses os hablábamos de las maravillas de uno de los hotspots de Malasaña: el Bar Galleta. Un local que ha encontrado su hueco como plan alternativo entre tanto garito modernuqui madrileño, un bistró para mayor gloria de la galleta María Fontaneda y cuyo éxito ha hecho posible que abran un segundo local en el barrio de Salamanca.

El nuevo restaurante de Carlos Moreno Fontaneda, retoma el exitoso testigo de su predecesor con mucha cautela, bocado firme y un local que nada tiene que envidiar a los cottage veraniegos que los reyes ingleses tienen repartidos por el Reino Unido

Y es que ese rollo classy de casa solariega que se respira al entrar, unido a la curiosa decoración (con toques canallas), las bancas con cojines con logo bordado, los suelos de baldosa hidráulica, la cubertería de la abuela o esa vajilla danesa vintage hacen que instantáneamente no solo queramos pasar nuestras próximas horas allí, sino también fotografiar todo lo fotografiable para así poder actualizar nuestras redes con ese place to be que nuestros followers ya iban necesitando conocer.

Un espacio amplio y acogedor donde poder disfrutar de unas berenjenas rebozadas en galleta con parmesano y pomodoro, su delicioso jamón ibérico al corte con pan de cristal y salmorejo cordobés, unos raviolis de gallina y champiñón con parmentier de papa y chips de remolacha, una coca de jamón de pato, higos, rábanos y foie, una merluza a la plancha con falso risotto o un costillar de ternera asada a baja temperatura y braseada en su jugo con chalotas y patatas paja, entre sus múltiples y nada desdeñables especialidades. Un punto de encuentro para esos foodies que, de paseo por El Retiro, deciden hacer un alto en el camino para disfrutar de este nuevo garito de horario flexible y público joven entregado a la causa. Si después de toda esta retahíla aún te preguntas qué pinta en todo esto ‘el perro’ del nombre del local, explicarte que todo viene del amor que siente Moreno Fontaneda por sus Jack Russells, Pipa y Coco. Pasión que hace posible que en horas que no sean de comidas, puedas llevarte a tu mascota sin recibir ninguna mirada de desaprobación de los camareros. Decididamente, tienes aquí tu hotspot del verano.