Qué genial es cuando, paseando por la ciudad, das con ese coqueto lugar donde sentarte a comer, cenar o merendar sin mirar el reloj. Espacios con encanto que te envuelven según cruzas su puerta y que tienen esa magia de lo desconocido, ese encanto del primer encuentro y, sobre todo, la tranquilidad de hacerte sentir como en casa. Todos esos sentimientos se descubren en Julieta Bistró.

Situado en el número 51 de la calle Toledo, la Latina tiene nueva chica en el barrio. Un local que nace de la experiencia de dos italianos, Antonio Martuscelli y Roberto Stella, con mucho saber hacer en esto de la gastronomía y que recoge la esencia de la verdadera dieta mediterránea.

Julieta Bistró hace posible la fusión de la cocina italiana, de Nápoles, y la gastronomía más española

Un nuevo centro de operaciones foodie que aúna buenísimas materias primas, cocinadas de maneras sencillas y sin mucha complicación, en una carta informal de sabores auténticos. Así, texturas como la de la coca de queso mozzarella ahumada con anchoas y tomate confitado; el arroz meloso con mejillones, queso pecorino y espárragos; la milhojas de pan carasau con calabacín en escabeche y queso de cabra al limón se mezclan con verdaderos hits de nuestra cocina como la brocheta de albóndigas con pan crujiente, pimientos del padrón,  y salsa de tomate; las croquetas o los calamares fritos con cebolla caramelizada.

Verdadero punto de inflexión gastro donde nuestras costumbres se enfrentan a las maneras transalpinas y, en el camino, encuentran el equilibrio a cualquier hora del día. Áltamente recomendable.