Takashi Ochiai lleva más de tres décadas a la cabeza de la Pastisseria Ochiai. Allí empezó trabajando dulces del recetario japonés, francés y catalán, entremezclando culturas y estilos de cocina. A día de hoy es una de las pastelerías más reconocidas de Barcelona; siempre en constante crecimiento, Ochiai abrió una aula de cocina en diciembre de 2016. El siguiente paso ha sido cumplir uno de sus sueños: abrir Kurimu, una heladería de alta cocina japonesa. F: Todas las imágenes cortesía de Pastisseria Ochiai

Kurimu es un sueño cumplido para Takashi Ochiai. Toma forma de heladería italiana basada en la alta cocina francesa y en la gastronomía japonesa

Kurimu no es un empezar de cero para Ochiai, ya que gran parte de la carta formaba parte de la gastronomía que se ofrecía en su Aula. Productos como batidos o dorayakis eran un must para cualquier cliente y, con Kurimu, el chef japonés suma sabores, cremosidad y estética; con un toque elegante pero desenfadado.

Tal y como cuenta Ochiai, Kurimu surge literalmente de un sueño en el que el chef veía mezcladas la suntuosidad del helado italiano con el reconocible toque japonés de su marca. Por eso todo el proyecto está rodeado de un halo onírico, y de ahí los dos nombres propios que han ayudado a que este sueño se cumpla: la agencia Mattiello Veneto y el pastelero Andrea de Bellis. De Bellis trabajó en el añorado restaurante de Ferran Adrià, El Bulli, y ahora regenta la Pasticceria de Bellis en Roma.

De esa forma, con el estilo y la precisión de la cocina japonesa, la cremosidad y la suntuosidad de la gelateria italiana, la inspiración de la alta cocina francesa y la mezcla cultural de la gastronomía catalana, Kurimu ofrece helados frescos, elaborados con productos de temporada y con sabores para todos los gustos. Ya sea en formato tarrina, en cucurucho o en creaciones artísticas de helados en plato, sus helados os enamorarán seáis más clásicos o más atrevidos, ya que sus sabores van del tradicional helado de té matcha a los más exóticos como el de yuzu, el de jengibre o el de chocolate Guanaja.

Situada en Comte d’Urgell, la pastelería-heladería-aula de cocina es un must para cualquier amante del dulce que se precie. Ya sabes, visita obligatoria.