Hace años ya que el merecidísimo fenómeno Ottolenghi nos ha acercado a la cocina de Oriente Medio y nos ha embarcado en un delicioso viaje a través de una gastronomía llena de matices y sabores singulares. Es el caso del recién inaugurado restaurante La Balabusta, una expresión que en yiddish hace referencia a una mujer que lleva la casa con destreza y mucha energía y que en en número 180 de la calle Rosselló se traduce en un espacio donde probar las delicias del lugar de origen de su fundadora.

Este viaje a las calles más vívidas de Tel Aviv toma total coherencia en Barcelona gracias al uso de producto local y de proximidad

Detrás de este proyecto está, obviamente, Ronit Stern, chef israelí de personalidad arrolladora que acerca la cocina de su país natal a los paladares ávidos de sabores bien especiados y algo desusados en esta latitud. Con el apoyo inestimable de su ‘partner in crime’ Rafael Campos –con el que ya regenta el cercano Auto Rosellón–, podemos afirmar que La Balabusta es una de las grandes aperturas de este año que cerramos. F: Todas las imágenes cortesía de Juan González de Cerro

Este viaje a las calles más vívidas de Tel Aviv toma total coherencia en Barcelona gracias al uso de producto local y de proximidad, en un espacio desenfadado, crudo y con un toque gamberro. En la mesa, se traduce en un primer contacto a través del challah, el pan casero trenzado tan típico de Israel, que se sirve a modo de aperitivo.

Los 30 platos de la carta, siempre pensados para compartir e inspirados en los productos de temporada, cuentan con clásicos instantáneos como el shawarma de coliflor con tahini y melaza de granada; las flores de kebab con yogur y cebolla asada; las croquetas de berenjena quemada, setas y manzana verde; las gambas de Palamós con patatas rate y alioli de za’atar y sumac; o el schnitzel del boss, coleslaw, mostaza y fabulosos encurtidos.

Imprescindible llegar al final de la comida o cena con algo de apetito, algo que no cuesta ya que la carta cuenta con una amplia selección veggie. Entre la selección de postres encontramos delicias como el pastel de queso con kadaig, granada y miel; o el cake de dátiles toffee con helado de pistacho. El denominador común de todos los platos es la etiqueta homemade, de la que pocos restaurantes pueden presumir a día de hoy.

Además, es posible degustar la carta con una apetecible variedad de cócteles de autor, perfecta para cuando cae la noche. Un escenario perfecto si tenemos en cuenta que el interiorismo viene firmado por Espacio en Blanco y el concepto creativo por The Thing Thinks.

Comer o cenar en La Balabusta te costará entre 25-30€, precio que se redondeará dependiendo del vino o los cócteles con los que decidas acompañar este manjar yiddish. Además, hay un menú de mediodía de lunes a viernes por 17,90€.