Si hay algo que no podemos negarle a Madrid es que hay planes gastronómicos para no aburrirse. Ya queramos cocina de toda la vida, platos de autor o de fusión, especialidades orientales o de cualquier otro rincón del mundo o típicos sabores americanos, lo tenemos todo al alcance de una reserva. Pero de entre tanta opción a elegir, siempre existen esos pequeños grandes sitios que nos gustan y a los que volvemos como si fuera nuestra casa. En Media Ración, me ocurre eso mismo.

Hospedado en el Urso Hotel & Spa, del que por tanto es su baza gastro estrella, y con Fernando Cuenllas como artífice necesario de una carta en la que se mezcla como nadie lo tradicional con lo que lo que la modernidad dicta, Media Ración como su nombre bien indica apuesta por un plan en el que compartir es saborear.

Si hay algo que maneja a la perfección Cuenllar es su carta de vinos. Impecable relación calidad precio y con los que jamás uno se equivoca

Un apellido con señorío y buena añada el de Cuenllas del que aún recordamos sus inicios en Ferraz y al frente de una mantequería por todos conocida que luego se transformó en el local donde probar los mejores caldos de la ciudad y… hasta hoy, en el que el negocio se completa con un restaurante por el que todos quieren pasar.

Culpa la tienen la ensaladilla rusa, los soldaditos de Pavía, los berberechos al natural, el caviar con blinis y crema agria, las tostas de anguila ahumada y huevo revuelto y la de gamba blanca con aguacate y alioli, la crema de calabaza asada con ravioli de hígado de ternera picante, el tartar de carabinero, las manitas de cerdo con anguila ahumada y puré de colinabo o el tuétano asado con crema de maíz y ensalada de berros de su carta y que el chef sabe ejecutar y mimar hasta que llegan a la mesa donde todo roza tratamiento de usía.

Una opción, por tanto, de la que se sale plenamente satisfecho y dando gracias de que todavía existan lugares como este en que no se malgaste el tiempo y se salga de la sobremesa con muy buen sabor de boca.