A la sombra de un sinfín de nuevos restaurantes peruanos, japoneses, italianos o de cocina de toda la vida, ha seguido incrementando el número de mejicanos en la ciudad. Una tendencia que desde el año 2000 se viene sucediendo pasito a pasito, ofreciéndonos la posibilidad de apostar por un respiro mucho más especiado y colorista, mientras bebemos tequila hasta el desconcierto más popular.

Una gastronomía mejicana cuya sucursal más reconocida se erige en forma de antojería, donde disfrutar de buena comida típica y sin quebrarse mucho la cabeza. Tópico que se rompe por completo en Mexkisito Antojería, el proyecto de Jorge Barroso, local en el que su tamaño parece no importar para salir más que satisfecho de una experiencia culinaria redonda, ya sea a través del menú de mediodía o de los tragos ya entrada la medianoche.

Catas de tequilas y mezcales son el pan de cada día de Mexkisito que no cesa en su interés por evangelizarnos

Un restaurante donde lo atípico se plantea como hilo conductor de una carta en la que nos encontramos sabores tan desconocidos como los chilaquiles con pollo a la plancha, los totopos fritos y presentados en plato con guacamole en 3 versiones o su deliciosa y muy sabrosa chuleta de cerdo con aguacate y picada de chorizo o chile relleno.

Una magnífica puesta a punto de lo que celebramos como típica taberna mejicana y que, con una selecta y muy variada propuesta en tequilas y mezcales, nos crea tal curiosidad y apego por la tierra de Cantinflas, Frida Kahlo o Anthony Quinn (sí, Zorba el Griego), que no podemos por más que dejarnos caer una y otra vez hasta que nos inviten a chupitos o tragos que son más digestivos.