Nos encantan los restaurantes con historia, ¿verdad? Los sentimos más cercanos, más atentos a su puesta en escena gastronómica y de servicio y, sobre todo, por esa manera que tienen de ganarnos desde la ilusión, el trabajo bien hecho y un pasado que les sigue acompañando como prueba de su propia autenticidad. Ronda 14 es el claro ejemplo de ello.

Hace 8 años que Ronda 14 abría sus puertas en Avilés, gracias al empeño de Conchi Álvarez y Mario Céspedes. Un local que rompiendo con el casco antiguo de la ciudad se ganaba a los fieles a través de una propuesta de lo más contemporánea y vanguardista y que, dado su éxito, dio alas a sus propietarios para aventurarse en la hazaña que supone desembarcar en Madrid. Lo hicieron y… ¡Siguieron triunfando!

Su propuesta, de lo más explosiva, es capaz de mezclar los sabores asturianos, nikkei y peruanos y no morir en el intento

Las novedades en la capital vienen y van pero Ronda 14 llegó y aquí sigue. Un restaurante peruano que apuesta por la fusión y divierte con constantes guiños a la gastronomía asturiana. Una fórmula que se despeja a la perfección y que supone un claro tanto al marcador. Y es que si otros locales corren peor suerte, el aquí presente puede llevar a gala que ya se ha convertido en referencia y comidilla de los amantes del buen comer.

Un tonteo con su cocina fusión que poco a poco va cayendo en el enamoramiento y entrega sin freno ante platos como su ceviche nikkei con puré de boniato, tartar de salmón con crujiente de plátano, bao de chicharrón con crema de rocoto y huacatay, gyozas criollas de ternera y manitas de cerdo, cachopinos de ternera con queso de cabra y setas, roll de cangrejo de caparazón blando con salsa de curry, nigiri de atún rojo, gunkan de huevo trufado, langostinos al panko o pulpo parrillero con patatinas, con el que confirmamos que en esto del buen yantar es mejor no poner límites ni cuestionar previamente cualquier tipo de loca combinación.

¿Y de postre? Pues no dudes en lanzarte a por un coulant de chocolate con helado de piña, una tarta de queso con frutos rojos o un bizcocho roto de avellanas y coco que te harán pagar con gusto la cuenta y empezar a programar tu próxima visita.