No hay plan que mejor levante el espíritu, sobre todo en esos días nublados en los que cuesta ponerse a tono como el de hoy, que pedir mexicano para llevar o comerlo in situ en el local en cuestión. Puede que, en ocasiones, no hayamos acertado y la estética del mexicano elegido nos haya confundido; pero para eso estamos nosotros para aconsejaros y que vuestra decisión sea la aclamada por todos. Por eso, nos vemos en la obligación de recomendaros Tepic que, de no conocerlo ya, deberías no dejarlo para mucho más. F: Cortesía de Tepic

Los mejores moles que hayas podido probar los encuentras en Tepic, un mexicano de postín cuyo servicio delivery hará que tus comidas caseras sepan a otro rollo

Los más listos de la sala recordarán cómo Tepic se convirtió en 2008 en la apertura más aplaudida de Chueca. Todo el mundo hablaba de ellos y eran muchos los que se recorrían medio Madrid para probar lo rico y bueno de este Tepic que, en su traslado a su ubicación actual, hace unos años, y con la incorporación de la chef poblana Sara Herrera, cogía velocidad de crucero y se presentaba como uno de los mejores restaurantes mexicanos de la ciudad.

Un Tepic donde la cocina de la abuela alcanza cotas hasta ahora desconocidas gracias, en parte, a unas materias primas de primera –valga la redundancia– y a unas recetas que saben sacar el verdadero jugo a un tipo de gastronomía tan necesaria como bien ejecutada y que gracias a Herrera no solo se consigue disfrutar sino que nos entra por los ojos dada su apuesta por un emplatado de lo más exquisito y alejado del batiburrillo propio de otros mexicanos por donde nos hayamos dejado caer.

Un local nada batallero donde, ya sea en su zona de mesas altas o comedor más tranquilo, poder darse a la gastronomía del país hermano sin caer en clichés y saboreándola con unos buenos tragos de autor. Un punto de encuentro al que acudir con amigos, familia o la pareja para acabar celebrando lo buenas que están esas quesadillas de flor de calabaza, las enmoladas rellenas de pollo o queso o su guacamole, panuchos yucatecos con cochinita pibil, tlacoyos de chorizo, aguachiles de camarón o los tacos a tu elección (te recomendamos los de solomillo o los Gobernador) y terminar por la puerta grande o, lo que es lo mismo, saboreando su orgasmo hecho postre, el pastel de tres leches, o el flan de elote que harán que te rindas a sus pies sin poner demasiada resistencia. A disfrutar del plan.