Muchos seguirán teniendo la equivocada creencia de que comer comida vegetariana o vegana es aburrido, monótono y nada excitante, pero eso es porque no conocen las virtudes de Zíngara, uno de los últimos restaurantes veggie en llegar a la capital, y que ya está dando mucho de qué hablar. F: Zíngara

Situado en Las Salesas, una zona que siempre nos ha gustado mucho, descubrimos un coqueto restaurante regentado por el chef Maximiliano Rossi, experto en esas materias primas que nos llegan de la tierra. El sueño hecho realidad de sus propietarios, Mercedes Camaño y Agustín Patrizio, que con la inestimable ayuda de la decoradora Eme Carranza han conseguido transformar aquella idea que tuvieron hace años en algo tangible y que hoy, todxs nosotrxs, podemos saborear.

Si no eres vegetariano, Zíngara, uno de los últimos restaurantes veggie en llegar a Madrid, te lo hará replantear

Un precioso local donde el rollo plant based es la más auténtica especialidad de la casa y donde el simple hecho de comernos una lechuga, una cebolla o un brócoli se convierte en algo de lo más excitante (¡y no voy de farol!). Un Zíngara donde el espíritu de esa cocina nómada y de largo recorrido llega a nuestro paladar para desmontarnos, una vez más, que lo vegetariano es insípido. Porque saben trabajar con estas materias primas tan saludables hasta hacer de ellas un verdadero y suculento manjar.

Una caravana de sabores, en sus propias palabras, que descubrimos en una carta que sin ser de lo más extensa, sí produce mucho interés y despierta nuestro apetito. De ahí, que a platos como su remolacha y yogur con anacardos fritos, su saam coreano envuelto en paté de almendras o su versión de unas bravas de toda la vida, sus patatas baba, se le sumen muy interesantes opciones como su papillote de setas de temporada, los sorrentinos con ricotta y espinaca, los noodles de boniato, sus cogollos planchados con cremoso de girasol y miso o una milanesa de berenjena, que nada tiene que envidiar a la italiana o a la vienesa.

De postre, no olvides hacerte con un cremoso de aguacate con condensada de coco y garrapiñada de pipas de calabaza o un delicioso flan de huevo con nata montada. Pídete un cóctel que maride con su dulzor y completarás la jugada. Si no repites, es porque ya no estás en Madrid.